Cómo empezar… últimamente las cosas no han estado bien. Siempre pensé que las situaciones uno las maneja, sin embargo, no es así. Hace un tiempo conocí a una persona que movió el piso de mis principios.
Para comenzar, mi nombre es Adalis, y lo que más quisiera es ser un ángel, no obstante, no me siento precisamente como uno. Quizás, al leer esto, piensen que es una exageración de mi parte, ya que, puede que la vida me preparé cosas peores, según lo que dicen los “mayores”, son cosas de adolescentes, pero para mí es una tragedia griega, la que puede volcar la vida sin previo aviso.
Siempre viví inmersa en mi mundo de estudio, amigas y familiares, rodeada de personas que me aman y las por cuales haría lo que fuera. Nunca había tenido amigas como las que logré en mi último año de colegio, y una de ellas se convirtió en mi confidente, por qué no decirlo, en mi hermana, así lo sentía y, gracias a Dios, ella también así lo percibía. Nos entendíamos muy bien, a pesar, de no coincidir en muchas cosas. Quién pensaría que por ese exceso de confianza las cosas cambiarían. El nombre de ella es Sol y era, si hablo en pasado, mi mejor amiga, en aquel entonces, llevábamos 5 años de una linda amistad, era la persona más cercana que tenía y, lamentablemente, todo tuvo un vuelvo, de forma lenta pero firme… fue así como inició.
Sol me había hablado de un amigo de su primo, un joven que tenía un año menos que nosotras aproximadamente. Decía que era un joven agradable y simpático. Para ser honesta, yo ya sabía de su existencia, por otra de nuestras amigas, que era su compañera, y las referencias que tenía de él no eran las mejores, en cuanto a su personalidad y a sus acciones. Realmente no era alguien de mi interés, primero porque sólo lo ubicaba y segundo, que era bastante maldito por lo que me contaba mi amiga, la Rosana, no obstante, escuchaba con atención a Sol, ya que, para ella era importante.
- Le dicen Chico, aunque creo que no se llama así. – me dijo la primera vez que lo mencionó, me sorprendí, dado a que lo conocía por Pato.
- Entonces… ¿cómo se llama? Conteste para seguir la conversación.
- No sé…- respondió.
Sol siempre me daba respuestas así, y aunque insistiera no me daría una respuesta coherente, pero ella era y es así, me había acostumbrado y la quería tal y como era.
En un principio, hablábamos muy poco de él, casi nada, sin embargo por esas cosas de la vida, lo ví una noche que me fui a quedar a la casa de ella. Entre y vi a un chico vestido de negro sentado en el sillón. Mi amiga nos presentó:
- Chico, Adalis, Adalis, Chico- no recuerdo exactamente si lo salude de beso o no, lo que sí recuerdo es que terminé sentada fren de él. Por primera vez me causaba curiosidad y o le quitaba la mirada, estaba concentrada y fue él quien me saco de mis pensamientos.
- ¡¡¡No me mires!!! >_<.- apenas dice eso se esconde. Quede anonadada con su actitud y no lo mire más, de hecho con la Nico salimos y al volver ya no estaba…
Fin Cap. 1