Hola, soy Pablo Rivera, tengo 19 años y soy el mejor jugando basketball. Acabo de terminar mi entrenamiento, oh, escucho retos….
– Eres una imbécil, ¿es que no sabes jugar bien? Me desconcentraste en mi último tiro. No deberían permitir que gente como tú entre a este lugar, aquí solo vienen los mejores, y tú…
– Lo siento, por favor no sigas- dijo ella
– Cállate, nadie te ha dicho que hables.
Esto es lo ultimo que diría él, porque ella se puso a llorar silenciosamente. Sabia quien era él, su nombre es Esteban, es muy antipático con todos, hasta con sus amigos. Es el mejor en el tiro al arco, ha ganado muchos trofeos, pero eso no le da el derecho de gritarle a ella, ahora que la veo a ella no la conozco y eso que todas las del instituto han salido conmigo.
– Oye, Esteban, ¿qué té pasa?, ella ya te pidió disculpas, déjala- dije.
– El problema no es contigo, Pablo, en fin, para que discutir- dijo y se fue, Esteban.
– No llores, toma- dije pasándole un pañuelo- Te verías linda con una sonrisa, ¿me regalas una? Pero no respondió, ni tomó mi pañuelo, aún por su lindo rostro caían silenciosas lágrimas.
– Vamos que no te afecte lo que lo dice, el es un maldito pretencioso, él…
– No sigas, yo estoy bien- dijo con voz de ultra tumba. Y subió a su bicicleta amarilla yéndose.
– Espera por lo menos dime tu nombre- pero no la alcance porque se fue muy rápido.
Al día siguiente no tenia entrenamiento, y me dedique a buscar a la misteriosa niñita de la bici amarilla. Primero me acerque al equipo de los flecheros, como les digo yo, y les pregunte a unas niñas, todas locas por Esteban.
– Srtas., ¿las puedo molestar? – dije.
– ¿Qué quieres? – pregunto una chica rubia.
– Busco a una jovencita que debe medir 168, 17 años, ojos verdes, pelirroja de cabello ondulado y escalonado- Respondí.
– Algo más- objeto la niña que había hablado primero.
– Sí, tiene una bici amarilla- dije
– Ella es del…. ya vamos a empezar el entrenamiento- dijo repentinamente. Entonces me volví y vi a Esteban.
– No tienes nada mejor que hacer que venir a molestar, nadie te pidió que te asomaras- dijo molesto Esteban.
– No vine a discutir contigo, ya me voy- dije y salí del terreno de los arqueros.
Iba a seguir por los de esgrima, pero un partido de tenis me llamó la atención, no el juego en sí si no que las jugadoras y sus piernas y decidí sentarme a observar.
– Aimary, cada día eres mejor- decía la entrenadora, a una joven que usaba visera, cuando se la saco la pude reconocer, era la niña que Esteban había hecho llorar.
Feliz por haberla encontrado me puse a esperarla al lado de su bici, mientras ella iba a ducharse. Al salir ella se dirigió sin mirar hacia delante, estaba con la vista fija en el suelo.
– Hola, por fin se tu nombre, es lindo, Aimary- le dije
– ¿Tú?, yo debo irme, ¿me dejas tomar mi bici?
– Solo si aceptas salir conmigo, a ver una película.
– Bueno, ¿puedo tomarla? – pregunto
– Mañana que es sábado, ¿te parece?, juntemos en el mall, chao- y me despedí con un beso en la mejilla. Cuando me volví a verla ella estaba roja como un tomate, tomo su bici y se fue muy rápido.
Entonces me dije:
– Hace tiempo que no me tocaba conquistar a una chica tímida, uf, muy fácil, seguro no ha tenido novio….
Mientras Aimary sé junto con su mejor amiga Valentina, que era todo lo contrario a ella, muy extrovertida, mide 170, practica basket, es menor que Aimary, tiene 16, su cabello es corto, negro con visos verdes.
– Bueno Ai descríbeme el niño que te gusta nunca lo has hecho- pedía Tina.
– No. Si quieres puedo describirte al que me invito a salir- respondió Aimary
– Ok, algo es algo.
– Es alto debe medir 180, deportista, cabello castaño, ojos amarillos, se ve simpático. Es tarde, tengo que irme tina, chao- dijo Aimary y se fue.
– Ya se quien te invito a salir; es Pablo- miro, pero se dio cuenta que estaba sola- ¿Por qué Pablo?, me gustaría ir con ella…
Fin Cap.1