Descubriéndonos (Capítulo 4)

Hasta entonces no me había fijado en un detalle: Andy tenía una pequeña trenza. Me acerqué a su cama y me coloqué sobre él tomándole la trenza.

– Que linda, ¿por qué estas rojo?  

– No hables estupideces y bájate.   

– Buenas noches, querido amigo- le dije molestando, él no contesto parecía molesto.       

A las 3 de la mañana sonó mi cel….

– Andy, contesta, por fa     

– Bueno, Mmmm… aló        

– ¿Diego?      

– No, su compañero de cuarto, ¿quién es?       

– Su amiga, la Monse, ¿y él?       

– Duerme, esta muy cansado….    

– ¿Cuál es tu nombre? 

– Andy y si note molesta que lo mencione estas no son horas de llamar….            

– No quería hablar contigo, antipático- y cortó        

– Él no es para ti…- agregó Andy dejando el teléfono sobre el velador.

Al día siguiente serían las visitas, pero no podría ir a buscar a la Monse.   

– ¿Andy puedes ir?                

– Bueno, ¿A las 3:30 p.m.?     

– Sí, gracias. Trata de cuidarla, nos vemos en el club de Ajedrez.     

– OK…    

Y dieron las 3:30p.m.  

– ¿Monserrat?   

– Sí, tu debes ser Andy, hola…   

– Hola, ¿paseamos?     

Estuvieron mucho rato hablando, al final él se puso a caminar más rápido se hacía tarde para el juego de ajedrez.     

– Sabes, Andy, hemos conversado puras tonteras, eres super reservado con tus sentimientos- dijo la Monse. Él se detuvo y la observo.   

– ¿Acaso es malo ser así? – contesto muy molesto      

– ¡¡¡Diego!!!- ella corrió, nos abrazamos un buen rato.           

– Monserrat me hacías falta- dije sonriendo.          

– Que cursi- dijo Andy sin disimular su expresión- entremos ya va a comenzar- agregó   

Nos sentamos frente a frente Andy y yo, a mi lado estaba la Monse. Jugamos unas 2 Hrs.

– Se me hizo tarde, chao- y se despidió de mí con un beso en la mejilla. Luego se acercó a Andy- Chao, Andy- y le iba a dar el beso, pero…     

– Qu…- Andy no alcanzo a decir nada más porque sus labios se juntaron.       

– Lo… lo siento- dijo Monserrat     

– No importa- dijo Andy que aun estaba algo rojo.    

– Diego cuídate…- y se fue       

Cuando se despidió yo no la miré, ese incidente me molesto.

– Jake mate- dije y me pare yéndome a dar una vuelta. Como nunca estaba molesto porque quería ser yo quien besara primero a la Monse.    

Al legar a mi cuarto Andy no estaba, a mí ya se me había pasado toda la rabia y me puse a dormir.

Cuando desperté Andy estaba en su cama leyendo otro libro titulado “Los asesinatos de la Rue Morgue”    

– ¿Hace mucho llegaste?      

– Sí…- y nos quedamos en silencio por un buen rato, entonces agregó- nadie antes me había ganado en el ajedrez eres bueno y los marcos de tus lentes me gustan…   

– Muchas gracias- conteste        

– Lamento lo de hoy no fue mi intención- dijo Andy mientras leía su libro.   

– No te preocupes, fue solo un error, pero si tú quisieras tener algo con ella yo no me opondría estar en tu derecho, solo te pido que la cuides yo la quiero mucho, demasiado diría yo, harías una linda pareja con ella….    

– Como te lo mencione anteriormente a mí me gusta otra persona- entonces se levanto, me rodeo con sus brazos para tomar mis anteojos que estaban detrás de mí. 

– Permiso quiero verlos- dijo saliendo muy suavemente.            

– Son muy lindos- dije ya que mi ánimo había vuelto- sabes Andy quiero jugar a la verdad- agregué  

– ¿A la verdad?, ¿por qué?…        

– Quiero saber más de ti y eso se me ocurre- conteste.    

– Bueno, pero ¿tengo que responder todo?      

– Sí, mira tengo una botella      

La botella giró y me tocó responder a mí.

– ¿Qué piensas de la relación entre hombres?        

– Pues… los aceptos, pero me incomoda verlos “cariñosos”, por así decirlo- conteste.      

La segunda pregunta también era para mí.

– Continuando con el tema, ¿y si alguien se te declara? – dijo Andy       

– Le preguntaría que me encontró, luego le dejo en claro que me gustan las mujeres- respondí con firmeza.    

Luego le toco responder a Andy.

– Mira yo ya sé la respuesta, pero igual te lo diré: ¿Acaso piensas en declararme tu amor? – dije en tono burlón.   

– No- dijo mirando hacia la pared- yo… digo a mí me gustan las… mujeres- contesto mecánicamente como si se supiera estas palabras de memoria.    

– Sigamos- dije muy animado- ¡Me encanta jugar! – agregué, peor para mi mala suerte me toco responder a mí.  

– ¿Por qué te enviaron aquí? – dijo Andy                           

– Por la sencilla razón de que me arriesgue por ayudar a alguien y por eso me gane muchos enemigos- conteste. Luego la botella 2 veces y le tocó responder a Andy.           

– ¿Por qué terminaste?, cuéntame todo, solo eso.    

– Hace 2 años conocí a una persona 10 años mayor, nuestra relación era secreta, porque mis padres no aceptarían, en ese instante tenía 15, me gustaba mucho, era la primera vez que pololeaba, todo era perfecto hasta que me pidió la llamada prueba de amor, yo me negué y para mi mala suerte mis padres se enteraron y decidieron internarme- termino de decir Andy.             

– ¿Qui…- pero no termine la pregunta por que él me interrumpió           

– No quiero hablar más del tema, ¿OK?              

– Bueno como tú quieras- le dije muy contento.       

– voy a dormir- dijo acostándose y apagando la luz del velador.               

Al día siguiente tenía entrenamiento todo el día y para mi mala suerte me día lumbago.

– Llamen a Andy, sabe dar buenos masajes- dijo el entrenador.         

Andy llego con cara de “me interrumpieron la lectura”               

– ¿Quién tiene lumbago? – y al verme agrego- no podía faltar, ¿tú?            

– Vamos al camarín- le dije y como me pude me levanté, al llegar me acosté en un banco. Andy se puso encima de mí.      

– ¡¡¡¡Ah!!!!- dije cuando puso sus manos frías en mi espalda- ¡ah!, ay… que manos tienes… sigue así…      

– No te expreses así- dijo seriamente Andy.       

Cuando me sentí mejor me di vuelta quedando en una posición bastante incómoda, Andy enrojeció y se quito, yo por mi parte me reí.

– Gracias- dije    

– Eres un torpe, cuídate para que no haya otra vez….      

– Si hay otra vez… para mí genial, lo pase muy bien, eres un buen amigo- conteste…

Fin cap. 4

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