Descubriéndonos (Capítulo 7)

Después del incidente pasaron 3 meses. Andy tuvo muchas conversaciones con el director y la Monse había terminado con Pablo, esto me puso de mejor humor, sin embargo, cada vez que veía a Andy o a la Monse me daban ganas de besarlos. Estando solo en mi pieza me puse a hablar en voz alta… 

– ¿Por qué Andy me hace sentir esto?…   

– Quizás te gusto- dijo una voz detrás de mí.       

– Puede ser, pero la Monse también me hace sentir lo mis… – pero no terminé porque entonces me di cuenta que yo debía estar solo en aquella habitación.   

– Hola- dijo Andy- quieres probar quien te gusta más- agregó para luego besarme abrazándome fuertemente y con pasión. Cuando me soltó su expresión era la de siempre.         

– ¿Yo te gusto? – dije, pero no me contesto- Responde    

– No, solo quiero que decidas- sus palabras no sonaron sinceras- ahora dile a la Monse que te bese y así decides quien te gusta más- agregó y luego se recostó en su cama. Seguí un impulso y me subí sobre él. Andy me miro a los ojos entonces dije:     

– Quiero la verdad, ¿te gusto? – él se levantó y quedamos muy cerca entonces respondió:   

– ¿Tú que crees, Diego?   

– Sí, ¿no es obvio? – dije- pero a mí me gusta la Monse y tú lo sabías.    

– Entonces ve y decide- dijo Andy.    

– Eso haré- y me fui. Llamé a la Monse a su cel y le pedí que nos juntáramos…     

– Acércate a mí- le dije y al tenerla entre mis brazos pude hacerle percibir todo lo que sentía por ella desde hacia años.       

– Diego…    

– Por favor no digas nada           

– No iba a decir “nada”- dijo y al terminar nos reímos- Te quiero- agrego.     

– Y yo ti.         

Luego me fui a mi pieza con la decisión tomada.

– Andy…      

– La elegiste, ¿cierto?       

– Si… lo siento.    

– Te quiero para mí- dijo tomándome de la cintura, yo solo me deje- no tiene por qué tú y yo…- y teniéndome todavía en sus brazos caímos a su cama. – Acéptame – dijo a mi oído muy suavemente. Me sentía muy bien entre sus brazos. Pero entonces reaccione:        

– No- dije saliéndome- pero podemos seguir siendo amigos.    

– esta bien, si es lo que quieres- contesto tomando su libro…    

Por fin había tomado mi decisión, sin embargo, Andy provocaba en mí una gran pasión que no podía controlar, era él en sí, su comportamiento, su cuerpo, todo. Monserrat tampoco se queda atrás, después de mucho tiempo por fin la tenía y sabía que era mía, tengo deseos de sentirla, tocarla y hacerle saber que la amo.

Así paso mayo con muchas emociones. Empezando junio tenia ansias de que comenzara el campeonato, estando con la Monse me relajaba olvidando todo, por el contrario, estar con Andy me pone muy nervioso.

Cierto día Andy comenzó a hacerme masajes para que me relajara. Me saqué la polera, sentí sus frías manos en mi espalda, como tocaba suavemente mi piel, hasta que de improvisto comenzó a besarme la espalda. Los minutos se hicieron eternos. Hasta que me decidí a voltearme y mirarlo a los ojos.

  • No puedo contenerme más- Dije besándolo apasionadamente, llevaba mucho tiempo aguantando mis sentimientos y emociones.

Él se acostó en la cama y estiro sus brazos para que me uniera a su cuerpo. Me coloqué sobre él y comencé a desabrochar su camisa, con besos cortos recorrí su cuerpo. Cuando llegué a los pantalones me detuve. Andy, me miró decepcionado y dijo:

  • A pesar de que estoy preparado, puedo esperar a que estés listo.
  • … ¿En serio?
  • Te doy tu espacio y el tiempo que necesites. Pero el límite para darme una respuesta será al finalizar el torneo.

Lo observe, ahí listo para mí, para tomarlo en mis brazos, sin embargo, sabia que no era el momento. Apartando la vista de sus ojos, me levanté y me fui a la cama.

Por fin llegó el momento de emprender el viaje al torneo, así que me despedí de Andy y Monserrat.

Fin Cap.7