Ha pasado medio año desde que todo se terminó con Jian, pocos saben de eso, ya que, intenté mantenerlo lo más privado posible.
A pesar de que me pidió que mantuviéramos contacto, he tratado de tener muy poca comunicación con él. Más que por el hecho de que me entristece la forma en la que lo nuestro se acabó, es porque es complicado para mí volver a ser sólo su amiga.
He cambiado también de trabajo y me he trasladado a una zona rural a vivir, trabajo atendiendo un minimarket, un rubro muy sencillo y tranquilo. Tampoco mantengo contacto con Inari, no por algo que haya pasado entre nosotros. Pero por temas de tiempo, simplemente dejamos de conversar.
Las personas de este lugar son amables y casi todas mayores. Fui muy bien recibida por todos con quienes he interactuado.
- Señorita Anaís… un chico muy guapo la busca…- me grita la dueña del minimarket hacia la bodega, dónde estoy ordenando. Estoy llena de polvo y sucia.
- ¿Cómo?
Entonces al salir lo veo, impecable, alto y sonriéndome… Me sacudo las manos en la ropa y arreglo un poco mi pelo.
- ¿Tú por acá? ¿Cómo supiste dónde estaba?
- Le pedí a mi agente que te buscara. Me tomé unas vacaciones y pensé en pasarlas contigo, bueno no todas, mi madre quiere que vaya a verla.
Se me acerca la dueña y me dice que puedo irme, que vaya con el chico guapo. Dice también que cree haberlo visto en algún lado.
- ¿Quieres ir a mi casa y esperarme ahí? Terminaré mi trabajo en bodega y me voy.
- Te ayudo, no quiero estar solo.
Lo miro y siento que hay algo que no sé. Puede que haya ocurrido alguna situación en estos últimos 6 meses que no lo he visto. Asiento y le indico que me siga, veo la sonrisa de la dueña.
Muy diligente me ayuda con todo lo que hay que hacer. Pero no habla mucho, contesta mis preguntas con monólogos. A pesar de sonreírme, siento lo triste que esta.
Terminamos el trabajo y nos vamos a mi casa. Arrendó un vehículo para movilizarse de la ciudad al pueblo donde estoy. Conversamos un poco en el camino y al entrar, deja su maleta y mira la casa. Muy antigua y con olor a anciano. Suspira profundo. Me acerco a él, me pongo enfrente y lo abrazo. Él simplemente me abraza devuelta y comienza a llorar. Su abrazo es fuerte y no me suelta. Sólo puedo decirle que está todo tranquilo y seguro en mi hogar.
Luego de un momento de suelta y sonríe mientras se seca las lágrimas.
- Gracias…
- Vamos a tomarnos un té y me cuentas que ha pasado en tu vida para que estés así.
Camina conmigo y mientras preparo el té mira el entorno.
- ¿Vale la pena estar acá? ¿Por qué te fuiste? ¿Por qué dejaste de contestar mis mensajes?
- Ahora si quieres hablar… Siéntate y toma tu té, porque contestaré todo lo que quieras saber, y luego tú me dirás qué te pasa. – le contesto y sigo con lo que estaba haciendo mientas voy respondiendo sus consultas. – Terminé con Jian hace varios meses. Y si bien ya tenía ganas de cambiar de ambiente, ese fue el empujón que me faltaba. No tenía ganas de comentarle a nadie nada. Y realmente quería un ambiente más relajado que me hiciera sentir en paz. No le contesté a nadie, no sólo a ti… Porque no tenía ganas y porque, además, la señal no es de lo mejor… Mira tu celular. – Inari me hace caso y nota que por el momento no tiene nada de señal. – Tu turno.
- Ok…
Comienza contándome que desde que me fui, no fue tan difícil ordenar su tema alimenticio porque ya tenía una rutina. Que todo había estado muy tranquilo y que sus fans no estaban tan intensas.
Hasta hace unos 3 meses atrás. Llegó a su apartamento y lo atacó una chica en evidente estado de euforia. Una fan que lo había estado persiguiendo varios meses. Estaba con un cuchillo amenazándolo y amenazando con quitarse la vida si Inari no le prestaba atención.
Si bien todo terminó, relativamente bien, él realmente estaba afectado, porque ni en su propia casa podía estar seguro.
- Han sido meses estresantes. De mucho trabajo, poco sueño y con mucha paranoia. Entonces opté por tomarme un receso. En la agencia estuvieron de acuerdo. Coordinamos el tiempo, mis trabajos y posponer mi agenda por 1 mes. Cuando pensé en tranquilidad, yo…
Baja la vista y no dice nada más… me acerco y toco su hombro.
- Puedes quedarte conmigo el tiempo que quieras. Pero estarás sólo porque…
- Voy contigo a trabajar… realmente me pone nervioso estar completamente sólo.
- Está bien, conversaré con la dueña.
Sonríe nuevamente mientras toma su té.
FIN CAP. 13