El estudiante te mira desde lejos: ¿Cómo tiene que actuar ahora?
Ha pasado una semana desde que ocurrió este extraño episodio en el departamento del Profesor. En clases apenas lo miro y le pregunto. Me siento un poco incómodo con todo lo sucedido, aunque así lo quería, nunca pasó por mi mente cual sería el siguiente paso. Qué piensa él, qué quiere ahora. ¿Tendremos una relación?
Lo observo en silencio, se ve normal, nada en él ha cambiado. Me mira y me sonríe como lo hace con todos. Nada nuevo o especial.
Me siento un poco molesto conmigo, no soy lo suficiente valiente como para acercarme y dejar todo claro. Me matan los nervios de sus posibles respuestas. En mi cabeza tengo mil escenarios imaginarios… Y lo peor de todo es que sé que quizás ninguno pase o puede que suceda aquel que no llegué a pensar. Quiero ir y decirle que acepto su oferta. Un momento, un espacio en su vida, hasta que quiera. Hasta que se aburra y me deseche. ¿Realmente quiero eso? ¿estoy dispuesto a eso? Porque dudo que tengamos algo en serio.
Tengo tantas cosas que hacer, tengo tanto en qué pensar. Que esta situación me mata lentamente. Justo cuando creo que consigo paz en mi vida, viviendo bien con el sentimiento secreto por el profe, viene y me da una buena bofetada dando a entender que la tranquilidad no es para siempre.
He pedido más turnos en el trabajo para poder despejarme y también para poder tener un dinero extra. Tener una hija en pleno crecimiento es económicamente terrible, más si aún eres estudiante. Es adorable, pero gasta como los mil demonios y no puedo evadir esa responsabilidad que adquirí por imprudente. Así que llego tan cansado a mi casa, que, al acostarme en mi cama, no queda tiempo para pensar en que tengo, aún pendiente, la conversación con él.
Me duermo pensando un momento en que, quizás, pueda salir todo bien.
El Profesor sabe lo que quiere: ¿Estará seguro de que es lo correcto?
Esa misma noche, mientras Inder se duerme totalmente agotado por el trabajo del día. Liam toma una copa de vino mientras fuma en el balcón. Honestamente no tiene un sentimiento profundo por Inder, pero si que se siente atraído por él. Probarlo un poco ese día, le devolvió un poco la vida que ha estado dejando atrás desde que lo dejo su esposa.
Ese chico es espectacular. He pensado mucho si debo seguir este jueguito adolescente. Más ahora que se viene la demanda por parte de mi ex. Es tan joven y con tanta energía. No recuerdo haberme sentido así con nadie, ni siquiera con Denisse. Tampoco cuestiono mi sexualidad, sólo quiero sentirme un poco más vivo.
Lo he estado observando esta semana, se ve estresado cuando estoy cerca. No me mira tanto como antes y desvía la mirada cuando intento hacer contacto visual con él. Supongo que es normal para un chico de su edad actuar de esa manera. Me resulta divertido, no lo hago a propósito, pero ya que las situaciones se dan de esta manera, seguiré el curso que proponen. Nada de esfuerzo, quiero que Inder decida lo que quiere para él.
A pesar de todo, me molesta un poco que se vaya rápido del colegio, que no pueda cruzar una palabra con él. Es agradable tener conversaciones que me aligeran el día. Ese chico es uno en un millón. Siempre estuve observando su actuar, porque me parecía extraño que me prestara tanta atención. Me convencí a mí mismo que quizás el sentía admiración por mí. Una situación muy natural en el ámbito docente. Pero luego me percaté que sus miradas y formas de hablar conmigo correspondían a alguien enamorado, me resulto bastante extraño, pero aún así lo entendí. El amor es un sentimiento tan extraño, no entiende de género o estatus social. Más en los adolescente.
Pensé mucho antes de ir e invitarlo a salir. Tenía que estar seguro de que no me equivocaba. Y sus acciones me ayudaron a dar el siguiente paso. Y claramente besarlo y que no me golpeara me dio la confirmación.
Quiero pasarlo bien un momento, pero quiero que a él le quede muy claro que no habrá nada más. Merece a alguien que realmente lo ame y de su edad. A mi me pesan los 12 años. Tengo más experiencia, vengo marcado. No quiero darme el trabajo de volver armar una nueva relación.
Pasan las semanas… Al final me decido llamar el viernes en la noche. Dejaremos esto claro.
- Voy a pasar por ti a tu trabajo.
- Es que…
- Espérame allí.
No le doy espacio a que me postergue o invente alguna excusa. Sé su hora de salida. Así que llego puntual. Lo veo de lejos arreglar su cabello y su ropa. Está nervioso y se ve jodidamente lindo. Me detengo y bajo el vidrio del auto, lo miro y le digo:
En silencio se sienta y no me mira. Toco su pierna y se sobresalta levemente.
- No muerdo. Tienes que estar tranquilo. – sorpresivamente toma mi mano y me mira.
- Lo sé… Pero no puedo evitar estar así.
- ¿Quieres ir a algún lugar? ¿Hablamos en mi auto?…
- Vamos a su casa. Estemos tranquilos que ninguna persona nos interrumpa. Luego me voy a mi casa, estoy cansado.
Lo miro, me pregunto si realmente esta seguro de querer ir allí. Pero al no haber reparo, manejo a mi departamento. Le pregunto cómo ha estado, qué ha hecho, pero no habla mucho, sólo mira por la ventana y contesta en monosílabos. Decido dejarlo tranquilo, debe estar muy confundido.
Entramos a mi departamento y Cotton se va directo donde él, Inder de agacha y lo acaricia. Por primera vez lo veo relajado. Cierro la puerta y lo invito a pasar al living. Se sienta y me mira a los ojos.
- Quiero escuchar lo que tengas que decir. Luego yo hablare.
- Me atraes lo suficiente como para pasar el rato. – voy directo al grano, sus ojos se abren grandes como platos, aun así, continuo – Quiero salir, conversar, tener sexo. Nada de amor, nada de relación seria, sólo eso. ¿Puedes aceptarlo?
- ¿Y si se enamora de mí? ¿Y si quiere tener una relación conmigo que hará?
- Eso no pasará… y si así fuera, entonces veré que haré. ¿Entonces?
Se levanta y se acerca mí. Me besa mientras me abraza. Siento su respiración agitada. Besa mi rostro y se acerca a mi oído diciendo:
Me mira nuevamente volviendo a besarme. Toca mi cuerpo y sólo me entrego. Maldito sea… él sabe lo que hace… y me encanta.