Category Archives: BoysLove

Amor Prohibido: Todo lo bueno termina… nada es eterno. (Cap. Final)

El juego de estar con él se acaba.

Termina mi tiempo de estudiante y emprendo mi camino hacia una adultez… adultez que a la que no puedo renunciar. Honestamente lo amo mucho. Pero ambos sabemos que esto no tiene buen puerto.

Lo miro por última vez y me despido con el corazón. No me considero capaz de ir y decirle que quizás más adelante podamos volver a emprender la aventura de amarnos. ¿Cómo le explico todo lo que siento? ¿Cómo le digo que quiero atesorarlo para mi y no dejarlo ir nunca? Esto de amor intensamente me supera, hasta siento que tengo un amor obsesivo con él.

Me iré y ya. No sabre más de él y de su vida, ni de lo que haga.

  • Inder, espero que te vaya bien… Siempre…

Lo miro y sonrío, sus buenos deseos me lastiman, no seré valiente y me rendiré ante sus encantos de nuevo. Quiero romper en llanto y no debo…

  • ¿No tienes nada para decirme? – insiste.
  • Gracias por todo. Y adiós – me doy la media vuelta y me marcho.

No siento que me retenga, ni que me diga alguna palabra más. Pero que egoísta de mi parte. Lo estoy dejando y aun así espero que me pida que me quede.

Camino lentamente esperando, estúpidamente una escena de película, donde me detenga, me bese y me prometa que todo estará bien.

Pero nada de eso es real. Lo bueno terminó, porque nada es eterno.

Amor Prohibido: Las relaciones son de dos. (Cap. 6)

Han pasado las semanas y ahí estamos, con poco tiempo para vernos, para estar juntos. Quisiera tener más tiempo en mi día sólo para acercarme a él como ese fin de semana. Pero es difícil, cada uno tiene una vida en la que el otro no puede entrar. Amistades, familia, trabajo. Es lo que acepté, no puedo reclamar.

  • Inder, tienes la mente en otra parte…

Escucho la voz de mi compañera a lo lejos. Realmente estoy en otra parte, mi mente está perdida en él. Mi compañera golpea mi nuca y me dice que avancemos en el trabajo que hay que entregar. Vuelvo en sí y trato de hacer un avance, ser aporte, pero no quiero nada. Quiero un momento con él. Entonces vibra mi celular.

“Hoy en la noche te paso a buscar, vamos a mi departamento”  

No hay nada más escrito, sólo eso. Me limito a responder “OK”, no quiero que me note desesperado. Estando en el colegio el tiempo pasa rápido y en mi trabajo igual. Puntual el pasa a buscarme. Tiene ojeras y se ve agotado, pero me ofrece una sonrisa al verme. Quiero creer que está feliz de que tengas un tiempo para nosotros.

  • Hola Pro… Liam, tiempo de estar juntos. – digo subiéndome al auto.
  • De estar solos… Te extrañé.

Esa declaración me pilla de sorpresa. Nunca me dice sus sentimientos tan directos. Sólo me besa o abraza esperando que lo acurruque en mis brazos, tal como lo haría un niño mimado.

  • ¿Qué ha sucedido? Te vez agotado – le respondo ignorando lo que me dijo.
  • El juicio es agotador. Espero que acabe pronto. Pero no quiero hablar de mis problemas. Estoy contigo para relajarme.

Toma mi mano tranquilamente, y la presiona. Algo pasa por su mente y no quiere decirme que es. Pero está bien, no debemos profundizar en la vida del otro.

Llegamos al departamento y me ofrece una cerveza.  Ha comprado sushi y ha dejado todo listo. Es un bonito detalle.

  • No debiste molestarte. Estoy bien sólo con estar acá.

No me dice nada y se acerca, me abraza y me besa. Realmente lo extrañaba también. Todo de él para mi es perfecto.

  • En serio… Créeme cuando te digo que te extrañaba.

Vuelve a besarme, presiona su cuerpo con el mío. No es el momento, pero quiero ir a la cama con él. ¡Aún no tenemos sexo, pero quiero… y ya! Lo abrazo de vuelta, es cálido y delicado. Su cuerpo pequeño encaja muy bien con él mío. Quiero tenerlo así por siempre.

  • Vamos a comer – me suelta dirigiéndose al comedor.

Tenemos una larga y amena conversación. No quiero irme, pero tampoco podemos llegar juntos al Colegio. Mierda, quiero quedarme con él… Lo necesito en mi vida y no quiero dejarlo ir.

Transcurren las horas y seguimos conversando sobre todo lo que podemos… Quizás el tampoco quiere que me vaya. Puede que quiera que me quede con él y lo ame en el silencio del departamento.

Me acerco y lo beso, sé que me iré pronto, tengo que aprovechar. Lo recuesto en el sofá y desabrocho su camisa. Él desabrocha la mía y toca mi pecho, lo besa delicadamente, mientras su mano baja por mi abdomen.

  • ¡Qué mal pinta esto! – me dice mientras se sienta nuevamente y se aleja.
  • ¿No quieres? Pensé que sólo sexo estaba bien. Dentro de nuestras condiciones – contesto un poco molesto, me duele la entrepierna, estoy caliente y es su culpa.
  • Te iré a dejar, vístete.

Se levanta y se va al baño. Hay ocasiones que no lo entiendo. Pero no quiero discutir. Cuando vuelve le pregunto:

  • ¿Quieres hacerlo conmigo? ¿Tengo que rogarte para esto?
  • ¿Dime… Realmente quieres ser el pasivo?

Nunca pensé en ser el pasivo, di por hecho que sería el activo. No sé qué pensar.

  • Jajaja, eres tan lindo- besa mi frente y luego continúa diciendo – Lo haremos, pero no hoy. Los dos tenemos mucho que hacer mañana, y quiero disfrutar el sexo contigo, no sólo tirar y ya.

Amor Prohibido: ¿Qué hacemos ahora? (Cap. 5)

El estudiante te mira desde lejos: ¿Cómo tiene que actuar ahora?

Ha pasado una semana desde que ocurrió este extraño episodio en el departamento del Profesor. En clases apenas lo miro y le pregunto. Me siento un poco incómodo con todo lo sucedido, aunque así lo quería, nunca pasó por mi mente cual sería el siguiente paso. Qué piensa él, qué quiere ahora. ¿Tendremos una relación?

Lo observo en silencio, se ve normal, nada en él ha cambiado. Me mira y me sonríe como lo hace con todos. Nada nuevo o especial.

Me siento un poco molesto conmigo, no soy lo suficiente valiente como para acercarme y dejar todo claro. Me matan los nervios de sus posibles respuestas. En mi cabeza tengo mil escenarios imaginarios… Y lo peor de todo es que sé que quizás ninguno pase o puede que suceda aquel que no llegué a pensar. Quiero ir y decirle que acepto su oferta. Un momento, un espacio en su vida, hasta que quiera. Hasta que se aburra y me deseche. ¿Realmente quiero eso? ¿estoy dispuesto a eso? Porque dudo que tengamos algo en serio.

Tengo tantas cosas que hacer, tengo tanto en qué pensar. Que esta situación me mata lentamente. Justo cuando creo que consigo paz en mi vida, viviendo bien con el sentimiento secreto por el profe, viene y me da una buena bofetada dando a entender que la tranquilidad no es para siempre.

He pedido más turnos en el trabajo para poder despejarme y también para poder tener un dinero extra. Tener una hija en pleno crecimiento es económicamente terrible, más si aún eres estudiante. Es adorable, pero gasta como los mil demonios y no puedo evadir esa responsabilidad que adquirí por imprudente. Así que llego tan cansado a mi casa, que, al acostarme en mi cama, no queda tiempo para pensar en que tengo, aún pendiente, la conversación con él.

Me duermo pensando un momento en que, quizás, pueda salir todo bien.

El Profesor sabe lo que quiere: ¿Estará seguro de que es lo correcto?

Esa misma noche, mientras Inder se duerme totalmente agotado por el trabajo del día. Liam toma una copa de vino mientras fuma en el balcón. Honestamente no tiene un sentimiento profundo por Inder, pero si que se siente atraído por él. Probarlo un poco ese día, le devolvió un poco la vida que ha estado dejando atrás desde que lo dejo su esposa.

Ese chico es espectacular. He pensado mucho si debo seguir este jueguito adolescente. Más ahora que se viene la demanda por parte de mi ex. Es tan joven y con tanta energía. No recuerdo haberme sentido así con nadie, ni siquiera con Denisse. Tampoco cuestiono mi sexualidad, sólo quiero sentirme un poco más vivo.

Lo he estado observando esta semana, se ve estresado cuando estoy cerca. No me mira tanto como antes y desvía la mirada cuando intento hacer contacto visual con él. Supongo que es normal para un chico de su edad actuar de esa manera. Me resulta divertido, no lo hago a propósito, pero ya que las situaciones se dan de esta manera, seguiré el curso que proponen. Nada de esfuerzo, quiero que Inder decida lo que quiere para él.

A pesar de todo, me molesta un poco que se vaya rápido del colegio, que no pueda cruzar una palabra con él. Es agradable tener conversaciones que me aligeran el día. Ese chico es uno en un millón. Siempre estuve observando su actuar, porque me parecía extraño que me prestara tanta atención. Me convencí a mí mismo que quizás el sentía admiración por mí. Una situación muy natural en el ámbito docente. Pero luego me percaté que sus miradas y formas de hablar conmigo correspondían a alguien enamorado, me resulto bastante extraño, pero aún así lo entendí. El amor es un sentimiento tan extraño, no entiende de género o estatus social. Más en los adolescente.

Pensé mucho antes de ir e invitarlo a salir. Tenía que estar seguro de que no me equivocaba. Y sus acciones me ayudaron a dar el siguiente paso. Y claramente besarlo y que no me golpeara me dio la confirmación.

Quiero pasarlo bien un momento, pero quiero que a él le quede muy claro que no habrá nada más. Merece a alguien que realmente lo ame y de su edad. A mi me pesan los 12 años. Tengo más experiencia, vengo marcado. No quiero darme el trabajo de volver armar una nueva relación.

Pasan las semanas… Al final me decido llamar el viernes en la noche. Dejaremos esto claro.

  • Voy a pasar por ti a tu trabajo.
  • Es que…
  • Espérame allí.

No le doy espacio a que me postergue o invente alguna excusa. Sé su hora de salida. Así que llego puntual. Lo veo de lejos arreglar su cabello y su ropa. Está nervioso y se ve jodidamente lindo. Me detengo y bajo el vidrio del auto, lo miro y le digo:

  • Vamos, sube.

En silencio se sienta y no me mira. Toco su pierna y se sobresalta levemente.

  • No muerdo. Tienes que estar tranquilo. – sorpresivamente toma mi mano y me mira.
  • Lo sé… Pero no puedo evitar estar así.
  • ¿Quieres ir a algún lugar? ¿Hablamos en mi auto?…
  • Vamos a su casa. Estemos tranquilos que ninguna persona nos interrumpa. Luego me voy a mi casa, estoy cansado.

Lo miro, me pregunto si realmente esta seguro de querer ir allí. Pero al no haber reparo, manejo a mi departamento. Le pregunto cómo ha estado, qué ha hecho, pero no habla mucho, sólo mira por la ventana y contesta en monosílabos. Decido dejarlo tranquilo, debe estar muy confundido.

Entramos a mi departamento y Cotton se va directo donde él, Inder de agacha y lo acaricia. Por primera vez lo veo relajado. Cierro la puerta y lo invito a pasar al living. Se sienta y me mira a los ojos.

  • Quiero escuchar lo que tengas que decir. Luego yo hablare.
  • Me atraes lo suficiente como para pasar el rato. – voy directo al grano, sus ojos se abren grandes como platos, aun así, continuo – Quiero salir, conversar, tener sexo. Nada de amor, nada de relación seria, sólo eso. ¿Puedes aceptarlo?
  • ¿Y si se enamora de mí? ¿Y si quiere tener una relación conmigo que hará?
  • Eso no pasará… y si así fuera, entonces veré que haré. ¿Entonces?

Se levanta y se acerca mí. Me besa mientras me abraza. Siento su respiración agitada. Besa mi rostro y se acerca a mi oído diciendo:

  • Puedo vivir con esto.

Me mira nuevamente volviendo a besarme. Toca mi cuerpo y sólo me entrego. Maldito sea… él sabe lo que hace… y me encanta.

Amor Prohibido: El tiempo juntos II (Cap.4)

Me siento a su lado en el auto. El aire que entra por la ventana, me mantiene despierto. Lo observo de reojo, su cabello se mueve suavemente, es como si lo estuviese viendo en cámara lenta.

El trayecto es largo y sólo está la música ambientando nuestro viaje. Sólo quiero llegar y romper el ambiente tenso que hay entre nosotros.

  • Vamos, está haciendo frío, en mi casa podrás ducharte y ponerte cómodo.
  • Si, si…

El departamento es bastante amigable, al abrir la puerta nos recibe un hermoso gato… Quien parece sólo tener ojos para el Profe porque ni me mira. Es como si no existiera.

  • Cotton, vamos a la cocina, te daré de comer…- el gato lo sigue en silencio. Por mi parte entro y cierro la puerta tras mío.

Me siento en la orilla del sofá, esperando instrucciones igual que en las clases. Miro a mi alrededor, no pareciera que la decoración la hubiera elegido él. Quizás fue su ex…

  • El departamento era de mis padres- dice adivinando mi pensamiento de nuevo. – Vivo acá desde que me separé. Me traje a Cotton conmigo. Pero no quiero abrumarte con mis dramas. Hay un baño en el pasillo para que te duches, dejaré ropa para ti de cambio. Yo iré a mi pieza y me podré cómodo.
  • ¿Cómo? – digo rojo hasta las orejas.
  • Voy a ducharme también, me carga el olor que queda en la ropa cuando salgo.

Me levanto de prisa, no quiero que vea mi rostro. Ni mis sentimientos. Siento como abre la ducha y deja correr el agua. Mi instinto me lleva a la puerta, estará bien si sólo miro un poco.

  • ¿Inder? – siento que me da un infarto. Me va a pillar y no consigo moverme. El gato entra por la puerta antes que él llegue a ésta – Aah, Cotton, sólo eres tú…

No oigo el resto, me voy antes de que se dé cuenta que si estaba allí.

La ducha me calma un poco. Siento que esto va demasiado rápido, la salida, estar en su casa.

Es que mi mente no alcanza a procesar que esto realmente está pasando. Me quedo bajo el agua, ojalá pudiera ahogarme y despertar y saber que es un sueño. Mi mente nunca desbloqueo llegar a esta parte.

Salgo de la ducha me seco y me coloco una sudadera, evidentemente no es de mi talla, tampoco el pantalón de pijama que me queda algo corto, pero es cómodo.

Siento que ha colocado música y que está preparando algo. Salgo tímidamente y lo veo. Se está sirviendo una copa de vino.

  • ¿Quieres algo de beber?
  • Agua… o jugo, no más alcohol.
  • Jajaja, está bien. Toma siento y ponte cómodo.

Me siento y él se acerca sentándose en la mesa de centro. Me pasa el jugo y con la copa de vino, mirándome fijamente dice:

  • Te gusto o ¿me equivoco?
  • ¿Cómo? – pregunto, mientras quiero correr y lanzarme por el balcón

Se levanta y va al balcón. Enciende un cigarro y vuelve a mirarme.

  • ¿Tengo que repetirlo? – contesta y toma el resto de su copa.

Camina a la cocina y vuelve a llenarla. Nuevamente se sienta frente a mí diciendo:

  • Toda la noche has querido besarme. No soy tonto.

No sé dónde meterme, no sé qué contestar. Realmente no estoy preparado para esta parte. Si le digo que si ¿me rechazará? ¿me va a besar?

  • Me agradas, eres un buen chico, pero estás confundiendo todo. Te invite acá para que nadie más escuchara esto. Depende de tu respuesta el resto de mis palabras. Última vez que te pregunto; ¿Te gusto?
  • No, profe usted no me gusta – contesta y bajo la vista.
  • Entonces…
  • Estoy enamorado de usted. – vomito lo que tengo que decir interrumpiéndolo.

No quiero mirarlo, pero me fuerzo a verlo. Por primera vez, lo veo desconcertado, es como si no hubiese estado esa respuesta en su registro mental.

  • En ese caso… – comienza hablar, pero lo interrumpo.
  • Déjeme explicar esto…

Le digo lo que siento, total, nada puede salir peor. El me mira con atención y espero que se dé cuenta que realmente soy honesto con lo que digo. No le contaré que quiero tener algo con él, pero sí que es mi amor platónico. Termino de hablar y él se acerca más a mí, quedando frente a frente.

  • Probemos si nos gusta a ambos…

Sigue acercando su rostro al mío, siento mi corazón latiendo a mil, casi siento su respiración y sus labios rozan los míos.

Entonces me acerco y lo beso, mientras tomo su rostro. Se siente bien, tan endemoniadamente bien. Siento su lengua en mi boca y no puedo hacer más que jugar con ella. Quiero que sea eterno, quiero que se repita siempre.

Nos separamos para respirar y seguimos besándonos. Él se sienta en mis piernas y me abraza. Entonces aleja su boca de la mía. Es el mejor beso que nunca había dado, quiero más y estoy tan excitado que no puedo controlarme. Liam me saca de mis pensamientos diciendo:

  • Entiendes lo malo que es esto. – yo lo sigo mirando – Nunca me han gustado los hombres, pero esto está bastante bien para mí. Además, ten claro que, estoy en un momento de mi vida que si alguien se muestra interesado en mi lo aprovecharé para sentirme mejor.

No sé qué responder, lo observo sorprendido por sus palabras.

Espero que continúe hablando y me saque de la confusión que tengo.

  • Inder eres inteligente. Por eso me agradas. Ahora dime, que esperas después de esto.
  • No sé… Es que… sea más claro por favor…
  • Si estás enamorado de mí poco te puedo ofrecer, además de ese beso.

Se levanta y se va al balcón. Voy tras él tenemos que dejar esto claro.

  • Puede estar conmigo hasta que sienta que está mejor… Que no necesita ese apoyo… – lo abrazo y lo giro hacia mí. Él Me mira fijamente – Para mí estará bien.

Él acerca, nuevamente su rostro al mío y me besa.

  • Te vas a arrepentir de esto…

Antes que termine de hablar lo vuelvo a besar. Está vez, toco su delgado cuerpo. Tampoco había estado con un hombre antes, pero sí, se siente bien.

Liam me abraza fuertemente. Quiere más igual que yo…

  • Creo que es momento de ir a dormir – dice interrumpiendo nuestro beso.

Se aleja entrando al departamento y yendo a su habitación. Antes de cerrar me mira e indica donde dormiré. En este momento lo odio tanto, me deja todo excitado esperando por más.

Esto está tan mal, pero es lo que me ofrece y lo tomaré… Y que dure lo que tenga que durar.

Amor Prohibido: El tiempo juntos I (Cap.3)

Recibo una llamada de un número desconocido.

No suelo contestar el celular cuando esto ocurre. Pero hoy lo haré, puede que sea el Profe… Aunque quizás no, esperé su llamado todo el día y no ha pasado nada, probablemente no ha leído mi correo…

  • ¿Aló? – guardo silencio un momento, no quiero hacerme falsas ilusiones

Escucho su voz, suena suave, por fin me llamó, quiero gritar y correr, pero no quiero parecer ansioso y arruinar todo.

  • Hoy en la noche… si, si, puedo hablar con mis papás y decirles que saldré con un amigo. No tengo problemas, eso sí, mañana trabajo temprano así que no podrá ser hasta tan tarde. Me contesta que no hay ningún problema con eso, que nos veamos a las 20.00 hrs.

Me siento nervioso, tanto que no sé qué hacer primero. Esta situación me hace sentir igual que la primera vez que me declaré y me dijeron que no… Esperemos que esto salga mejor.

Las horas pasan lento, hago mis tareas diarias, pero literalmente mi mente está allá, pensando en qué decir y cómo actuar.

  • Inder, ¿hoy tienes una cita? – pregunta mi mamá, quien raramente me pregunta sobre lo que haré.
  • No má, ¿por?
  • Estás ansioso, te he visto andar por toda la casa y no hacer nada en concreto. Además, dijiste que saldrías en la noche.
  • Aaaah… eso, saldré con un amigo del colegio, vamos a ir a tomar algo. Un rato…
  • ¿Te quedarás con él? ¿Quién es?

A duras penas salgo del interrogatorio de mi mamá. Le he mentido a medias, es del colegio, pero no es mi amigo. Si le digo que saldré con mi profesor… ¿qué pensará? Es sólo una salida… No haré nada, creo…

Me ducho y al salir miro la ropa que tengo, ¿qué le gustará a él? Debería vestir casual… Mierda, me estoy atrasando. Tomo unos jeans, una polera negra y una cortaviento. Espero no verme tan forzado. Estoy nervioso a morir.

  • Hola – dice alguien tras mío tocando mi hombro. Entonces giro y lo veo, muy sencillo pantalones grises, camisa azul marino, tiene detalles de unos puntos color blanco. Trae un chaleco en la mano color negro. Se ve muy bien y siento que quiero decírselo.
  • Profe…
  • Espera ahí Inder, prefiero que hoy me trates por mi nombre… Si me dices profe a cada rato, esta cita se podría mal interpretar.
  • ¿Cita?… – repetí casi de manera automática.

Él me mira y sonríe:

  • Eso es… pero no pienses en esto como algo romántico. Es algo así como una salida de amigos…

Asiento sin poner reparos. Pero es raro tratarlo por su nombre… Siempre ha sido mi profe…

 Me hace una seña para que lo siga. Honestamente no sé dónde vamos, ni tampoco mi presupuesto es tan alto como para ir a un lugar tan caro. Se lo diré, no es algo para avergonzarse.

  • Pr… – mira con reproche- Li… Liam, yo… la verdad no tengo mucho dinero que gastar, entonces…
  • Tranquilo – dice interrumpiendo mi discurso – Esta vez invito yo, al final, es mi forma de agradecer tu compañía.

Vuelve a sonreír y camino a su lado, un poco aturdido, sin saber si estoy leyendo sus acciones mal. ¿Está coqueteando conmigo? ¿Pensará en ser mi suggar daddy? Debería parar de pensar tonteras, pero mi mente me traiciona.

Llegamos a un hermoso pub, con un ambiente ameno y buena música. Vamos al segundo piso y nos sentamos mirando el paisaje. Nos entregan la carta y miro los precios. Me quiero morir, no puedo aceptar esto.

  • Inder, relájate un poco. Acepté tu oferta para salir no para que te estresaras con lo que puedes pagar o no. Siento que no he tenido una conversación agradable con alguien en un tiempo. Y quiero eso para ambos.

Me sonrojo hasta las orejas. ¿Cómo es que se da cuenta de todo? Siento que todo esto me supera. Mientras mira la carta agrega:

  • Hoy no traes tus anteojos.
  • No, yo… me puse lentes de contactos, cuando salgo por lo general prefiero no usarlos.
  • Ohm, ya veo, eres pretencioso, conmigo no tienes que serlo.

Vuelvo a mirarlo fijamente, él sigue sin mirarme. Quiero preguntar qué está pasando, que es esta extraña atmósfera.

Por qué sólo él tiene el control y yo siento que me desbordo, que lee cada uno de mis movimientos y que sabe qué decir. No saldré vivo hoy de esta.

  • ¿Tienes claro qué quieres?, para pedir- me pregunta
  • No realmente, podría pedir por ambos- contesto
  • ¿Quieres cerveza? Dime que quieres, no quiero adivinar.
  • Está bien, y podría ser una hamburguesa.
  • Perfecto…

Llama al mesero y pide. Me sorprendo al ver que él no beberá, me siento estafado, como si hubiese caído en su trampa.

  • ¿No va a beber conmigo?
  • No, ando en auto. Sería irresponsable de mi parte

Me resigno, esperaba que el alcohol lo dejara algo más expuesto, pero se ve que ha pensado en todo. Llega nuestra comida y comenzamos a conversar. Mientras voy tomando me siento más desinhibido.

Pregunto sobre su vida, lo que le gusta y que hace cuando no es profe. Me observa y sonríe, parece que lo está pasando bien. No le doy oportunidad para interrogarme, así como voy, me declaro hoy mismo.

  • Liam… ¿Y su esposa? – tengo que aprovechar para saber en qué me estoy metiendo
  • No es un tema que quiera conversar ahora. Sólo te diré que nos separamos.

Mi corazón se acelera. No es que tenga una oportunidad segura. Ni siquiera la tengo. Aunque quisiera creer que sí.

  • Yo… lo siento. – le miento descaradamente.
  • No te preocupes. Y tú… que tal vas con ese amor no declarado.

No sé qué contestar. Sólo lo miro y tomo un trago.

  • Es imposible, jajja… – digo mientras miro el piso.

Él se da cuenta de mi incomodidad y cambia el tema, el tiempo avanza tan rápido que ya es la hora de irme.

  • Liam yo…- comienzo a decir.
  • ¿Quieres ir a mi casa? Puedes quedarte y mañana te voy a dejar temprano. Así me acompañas a beber- me dice interrumpiendo, de nuevo, mi pensamiento
  • Vamos. – no lo pienso dos veces. Quiero ir con él.

Amor Prohibido: La mirada del Profesor. (Cap.2)

He contestado el teléfono, sé que no debería, pero no es fácil dejar ir una relación de 15 años. Intento no aferrarme a los recuerdos, al cariño a todo lo que construimos juntos. Pero es difícil. Lo único que no impide que me vaya hundiendo más es la docencia. Me distraigo atendiendo los problemas de mis estudiantes. Nunca tuve hijos y con ellos siento que no los necesito. Quizás ese es el principal motivo por el cual mi relación no funcionó.

  • Hola Denisse, ¿qué necesitas? – le hago un gesto a Inder para que se vaya. Tengo para rato con ella. Giro, no quiero que me vea mal… Ella me hace tan mal.

La escucho en silencio, como reclama, que no puede con los gastos de la casa, que era nuestra pero que decidí cederle para que no se quedara en la calle. Todo lo tiene ella, debería dejarme tranquilo.

  • Deberías volver a casa Liam… – siento su voz desesperada. No me necesita a mí, necesita mi aporte monetario, lo sé.
  • Denisse, terminaste conmigo, dejaste claros los términos. Ahora yo te los dejaré claros a ti. No soy tu dispensador de dinero. Ni tu mejor amigo, al que llamas cuando te sientes mal o para contarle que peleaste con tu nueva pareja. Sólo déjame en paz.

Luego de mis palabras ella grita por teléfono. Quiero colgar… Me sentía mejor cuando estaba con Inder… Que chico más agradable… me sigo diciendo mientras las escucho reclamar lo mala pareja que fui, que sólo perdió su tiempo conmigo. Que soy lo peor que le pasó a su vida. ¿Será que es tan así, será que soy lo peor para cualquiera… que no sirvo para nada que no sea la docencia? Mientras divago en mis pensamientos ella cuelga. Creo que me iré al departamento. Necesito descansar.

Manejo por la avenida mientras escucho música. Entonces me detengo en un café y lo veo, en su trabajo de medio tiempo. Qué joven tan esforzado, decido bajar a beber algo. Mi mente necesita distracción.

Inder no me ve, me siento en el fondo del local, no quiero ser visto por ninguna persona. Otro mesero me atiende, toma mi orden y se aleja. Yo sólo lo observo en silencio. ¿Cuántos años tiene? Nunca le he preguntado. La verdad no sé mucho de él. Sólo lo que me ha contado, fue padre el año pasado, tiene una relación tormentosa con la ex y sus padres poco lo apoyan. Hemos hablado de lo que quiere o lo que quiere creer que necesita en su vida. Lo he animado a irse al extranjero con una beca. Es el mejor estudiante que tengo, siempre atento, habiloso…

Las chicas le llueven, es guapo, moreno, alto (casi 190 cm) usa anteojos, siempre sentado al final, siempre atento… Tengo varios estudiantes con estas características, pero él siempre ha llamado mi atención.

El mesero me saca de mis pensamientos. Trae la orden, Inder sigue atendiendo otras mesas. No me ve y está bien. Tomo mi café en silencio, reviso mi celular, tengo muchos WhatsApp de Denisse, el último dice que me demandara. Lanzo una pequeña risa al aire. Que más puede querer.

  • Profe… ¿qué hace aquí? – Inder se acerca, me mira fijamente, quiere una respuesta.
  • Sólo me detuve aquí, necesitaba una pausa.
  • Ohm, ¿necesita algo más?
  • No, alguien ya me está atendiendo.

Ante mi respuesta se retira en silencio. La jodí, no quería correrlo de esa manera. Soy lo peor, tal como piensa mi ex. Debería ofrecerle una disculpa, es un buen chico. Pasa el tiempo y decido irme, pago y antes de salir me acerco a él.

  • Inder ven – le digo mientras él termina de limpiar unas mesas. Se acerca y me mira fijamente – No quise que te sintieras mal, te debo una disculpa, cuando tengas un tiempo libre… ¿Quieres salir conmigo?

Él me ve sorprendido, quizás se ve raro que un Profesor salga con su alumno, pero el me cae bien. Y puede que una distracción para ambos nos haga bien.

  • Si, si… yo quiero salir con usted.

Su respuesta es efusiva, es bastante tierno. Podríamos ser amigos en un futuro si él quisiera.

  • Perfecto, me acomodo a tus tiempo.

Toco su hombro y me voy. Fue un buen descanso, vuelvo al departamento que tengo sólo porque mis padres lo compraron antes de morir. Me vine acá luego de mi separación. Con mi gato… Denisse dejó que me lo quedara porque a ella no le gustan. Me recibe maullando, seguro quiere comida, creo que él y yo nos vamos acostumbrando a la soledad.

  • Cotton calma, vamos a la cocina, te daré de comer.

El gato me sigue mientras maúlla, le doy de comer y me sirvo una copa de vino. Por alguna razón, no puedo quitarme las palabras de Denisse de encima… Me siento en el balcón a fumar, estoy agotado. Miro el horizonte y pienso en que todo debe mejorar. Mi celular vuelve a sonar, es la pareja de Denisse. Apago el teléfono… Mañana tendré mil mensajes de ambos. La copa cae al suelo y se rompe. Al recoger los trozos me corto.

  • Mierda…

Voy a la cocina y ordeno todo. Tomo a Cotton y lo llevo a la cama conmigo. Él se acomoda y ronronea haciendo eco en aquel lugar tan sólo.

Me duermo pensando en que la demanda sería lo mejor que le podría pasar a mi vida. Así ella me deja y sigue con su vida…

Despierto con un dolor de cabeza horrible, enciendo el teléfono y tal como pensé. Mil mensajes de ambos. No leo ninguno, decido llamarla

  • Denisse, buen día, consigue un abogado y demándame.

Cuelgo sin esperar respuesta. Apago mi celular y me recuesto de nuevo. Cotton aun duerme a mi lado. Decido quedarme un rato más en cama. Saldré luego a trotar y de ahí a avanzar mi trabajo. Es fin de semana y sigo trabajando. No quiero pensar en ella… ni en nada.

El día avanza, enciendo la laptop y veo correos con trabajos que revisar… Pero un correo me llama la atención.

Asunto: Hola

Correo: ¿Cómo está? Ayer se veía cansado. Si quiere, le dejo mi WhatsApp y me contacta para concretar la salida.

Inder me sorprendió… Siento que quiero verlo…  Quizás le escriba más tarde… Quizás…

Amor Prohibido: La mirada del estudiante (Cap.1)

Siempre lo he mirado, desde que llegue a mi nuevo colegio. Lo conocí porque, ante todo pronóstico es mi profesor…

He intentado parecer genial participando en clases, hablando con él, que me vea y quizás, me note entre la multitud de estudiantes que tiene.

Es una persona popular, rodeado siempre, amado por muchas y muchos, sabe escuchar y dar buenos consejos… Es que no podría hablar mejor de él… Porque el amor que siento sobrepasa mi cuerpo, mi mente, mi todo.

Lo miro siempre que puedo, lo saludo, me acercó a él y, a pesar de su buen trato, sólo soy un estudiante más, quizás de cuantos. Me miro todos los días en el espejo y me pregunto que me hace falta para que él me vea como persona, para que sienta lo mismo que yo.

  • ¿Qué pasa hoy? Estás en otra. – me dice sacándome de mis pensamientos.

No puedo evitar sonrojarme y tartamudear un poco, es que no puedo con esto que siento, llevo 4 años con él, en clases y siendo este, el último. Siento que caigo en desesperación cada vez que lo tengo cerca.

Estoy en otra y de repente él toca mi hombro y sonríe. Prosigue con su clase y lo miro con atención. Cada uno de sus gestos es único…

  • Se te cae la baba, Inder – me dice mi compañero de asiento mientras me da un codazo.
  • Tan estúpido, Naím, estoy interesado en la clase.

Mi amigo me mira con una sonrisa, sabe que estoy mintiendo, o eso cree, nunca le he contado a ninguno de mis cercanos que estoy perdidamente enamorado de mi profesor. Y aunque siempre han sospechado, en todas las ocasiones contesto que es admiración y realmente pudiera ser así, pero no, querer tenerlo en mi cama no es muy admirable de mi parte.

  • Ustedes dos, ¿quieren hacer la clase por mí que tanto hablan? – dice el profesor regañándonos a ambos.

Sólo nos miramos y guardamos silencio. La clase continuo con mis pensamientos absortos en él. Un hombre de mediana estatura, cabello oscuro y ojos cafés. Debo ser uno 20 centímetros más alto que él, pero eso no me preocupa en serio… Maldita sea como me gusta. 

  • Inder, a la salida búscame. Quiero hablar contigo. – dice el profesor bruscamente al terminar la clase. Seguro me quiere llamar la atención, he estado distraído lo sé y no lo puedo culpar.

Estoy todo el día pensando en qué me dirá, qué hice o peor qué no hice o si se dio cuenta de que me gusta. No me puedo concentrar en otras cosas que no sea él. Intento jugar basquet, pero estoy pendiente de si se cruza en el patio, si consigo hablar con él. Siento celos de mis compañeras que se acercan con tanta facilidad, lo abrazan y miman.

El día termina y con nervios lo busco.

  • Profesor Liam, acá estoy. –  digo agachando la vista. Acepto lo que sea de él. Pero quiero que me note.
  • Tranquilo, te veo nervioso, ven vamos a sentarnos a la galería de la cancha. Conversemos un rato.

Camina delante de mí y sigo su paso en silencio.

  • ¿Cómo has estado?

La pregunta me pilla desprevenido. Cómo estoy, no sé, a punto de terminar mis estudios, trabajando a tiempo parcial, intentando mantener mi mente ocupada.

  • Bien… ¿Por? – contesto de manera automática
  • Te conozco hace rato. Sé que algo pasa por tu mente, y justo en este momento tus manos tiemblan. Puedes no contarme si quieres. Pero me gustaría ayudarte. – Toma un respiro y continua – Te he observado en mis clases, llegas tarde, con una energética, miras el vacío, estás perdido.

¿Qué acaba de decir? ¿Me mira? ¿Me nota? Es que estoy en un sueño. No me lo creo.

  • Son tonteras… cosas de niños chicos.
  • Si es tu preocupación puedes decirme, siempre será importante.

Suspiro, es que no puede ser más perfecto porque no quiere. Lo amo tanto.

  • Usted sabe que… bueno, soy papá hace un año… Y tengo que hacerme responsable, la jodí, pero tengo que continuar, a veces eso me supera.
  • Lo sé… ¿Y las otras veces? – vuelve a mirarme de manera indagatoria, quiero morir, lo sabe, quiero decirlo…
  • Bueno me gusta… alguien y no me atrevo a decirlo.
  • ¿Y quién es esa chica especial? Te he visto cercana a Laura, los he visto irse juntos…

Estoy imaginando esto… nuevamente menciona lo que hago… Él me ve, por favor… Que no sea un sueño.

  • Ella es linda y hemos intentado conocernos mejor, salir…
  • ¿Pero?
  • Me gusta alguien más. Eso pasa.

Él me mira y me sonríe, sus ojos desaparecen ante tan linda sonrisa. Definitivamente lee a través de mí.

  • No te obligaré a decirme quien es. Pero ánimo. – toma mis manos y siento que me muero. Aprovecho y entrelazo mis dedos con sus dedos, sus manos son suaves, no sé qué me está diciendo, trato de mirarlo y no lo consigo, quiero besarlo.
  • Gracias…- le digo porque es lo que se me ocurre, seguro dijo consejos maravillosos, los que no puedo aplicar en él.

Sonríe y me abraza, que esto se mantenga. Quiero que sea eterno.

  • Deberían existir más profes como usted…- suelto mi pensamiento sin lograr detenerme-
  • ¿Eso crees? Pues gracias. – dice mientras aún me abraza.
  • Lo digo en serio… Usted es… – justo suena su celular. Me suelta y hace un gesto con la mano para que me vaya, contesta su teléfono y da la media vuelta dejándome ahí…

Se lo iba a decir… Y no pude. El destino no quiere…

Me voy maldiciendo, pero tuve un momento con él. Eso realmente me hace feliz.

Descubriéndonos (Capítulo 10, Final)

Mientras más pasa el tiempo, Andy se resiste menos a mí, puedo besarlo y tocarlo hasta quedar saciado. El sexo con él es bastante bueno, sin roles definidos y probando lo que a ambos nos gusta.

Quizás somos algo bruscos en el momento de descubrirnos y amarnos. Agotados de tanta actividad, simplemente nos acostamos en la cama y nos dormimos…

  • DIEGO…

Siento la voz de mi madre y luego veo su rostro y las lágrimas afloran. Me coloco una camisa y me incorporo a su lado. Toma sus cosas y sin mirarme me pide que tome todo y me vaya con ella. Era eso o mantenernos vigilados. Mis padres dijeron que estaba enfermo y que se me pasaría. Que luego formaría una familia y me reiría de estar experimentando con hombres. Las discusiones iban y venían y no llegaban a ningún acuerdo. Mis padres simplemente no aceptaban que era homosexual y que amaba a Andy.

Han pasado los años y nada se de Andy. Con Monserrat nos hemos hablado un par de ocasiones y la verdad es que nos hemos vuelto buenos amigos. Pero a pesar de todo sigo extrañándolo demasiado. Mis padres me han dejado marchar porque ya nada pueden hacer para controlarme.

Estando en mi trabajo me llama mi jefe para presentarme a mi nuevo compañero de trabajo.

  • Diego, acá está Andy, acabo de ser trasladado…

Fue lo único que escuché porque al verlo sentí que mi mundo se detenía.

  • Cuanto tiempo sin verte… Como has cambiado, Diego.

Y mirándolo a los ojos pensé: La vida me está dando otra oportunidad.

Fin

Descubriéndonos (Capítulo 9)

Se me hizo eterno el viaje, el torneo no fue lo que esperaba, pero la experiencia ganada todo lo vale. Pero además de todo eso, estaba nervioso, sabía que le debía una respuesta a Andy y realmente quería dársela.

Estando solos en el cuarto me acerqué a él. Es un momento íntimo y especial…

  • Déjame tranquilo – sólo oír esas palabras de su boca me congelaron.

Tomé mis cosas y salí del cuarto, tenía que aclarar mi mente… Mientras camino sin rumbo me encuentro con Monserrat.

  • Monse, te extrañé – dije abrazándola.

Ella me aleja, sonríe falsamente y dice:

  •  Yo también te extrañé.
  • ¿Qué sucede?
  • Nada, sólo quiero estar sola.

Y se aleja dejándome ahí con mil preguntas en mi mente.

Los días siguiente tampoco estuvieron mejores, ambos me evitaban y se evitan entre ellos. No responden mis preguntas y simplemente hacen como que nada está pasando.

Al comenzar la temporada de primavera Monserrat y yo decidimos terminar. En medio del llanto ella me comentó que cuando no estuve me engañó. Y que siente que yo estoy en otro lugar, que ni siquiera intento arreglar las cosas con ella. Me pregunta si estoy enamorado de otra persona. Entre toda su confesión me menciona que se irá con su padre y ya no nos veremos en ningún sentido. Entonces se marcha para no volver jamás.

  • Andy… ¿Tú sabías que Monserrat me había engañado…?
  • Si… Porque fue conmigo – responde sin ningún gesto en su rostro.
  • ¿QUÉ? Pero pensé que nosotros…
  • ¿Realmente siente algo por mi Diego?

Me acerco y lo beso, que le quedé claro que mi amor por él es más grande que mi amor por mi mismo. Y que, aunque él no quiera empezar algo serio conmigo yo estaré esperándolo como él me espero a mí.

Fin Cap.9

Descubriéndonos (Capítulo 8)

*Otra mirada*

Que diego no estuviera, significaría mucho para la relación de Andy y Monserrat. Al anochecer y ya pasado unos días de su ausencia. Ella va al cuarto de Andy.

  • ¿Cómo se encontrará?
  • Supongo que bien – Contesto Andy frente a la pregunta de la chica con un tono de felicidad que era muy extraño en él.

Ella lo observo detenidamente, hasta que él se levanto y de improvisto la besó. Por un instante fue correspondido, hasta que ella lo apartó.

  • Andy, tú tienes claro que estoy con Diego.
  • No te engañes Monserrat, tú me miras, se nota que quieres probarme.

Ella está sonrojada hasta las orejas, no puede negarlo… él vuelve a acercarse, la besa nuevamente y ella no lo rechaza. Va despojándola de sus ropas poco a poco y besa cada rincón que va descubriendo, la piel tersa de ella, lo enciende… Quiere probar más. Sabe que es un paso para no retroceder y realmente no le preocupa. Se zambullen en el placer del momento llegando al orgasmo.

Cuando todo se ha calmado, Andy en silencio de viste y sale de la habitación.

  • Soy un cerdo…

Al regresar a la habitación ella ya no estaba. Pero Andy tiene claro que debe hablar con ella sobre lo sucedido.

  • Andy… Lo de ayer…
  • Fue un error y lo sabemos.
  • Es una broma, tú me buscas y ahora tienes cargo de conciencia…
  • Que quieres que haga, me gusta alguien más. Y pensé que estando contigo se me pasaría… Supongo que…
  • No le diré nada a Diego. Puedes estar tranquilo.


Fin Cap.8