Category Archives: Historias de Adolescentes

Internada (Capítulo Final)

Estaba mal, pero había pasado por tanto que no podía llorar, me agache lo tome en mis brazos y dije:

– No te mueras, por favor. 

– Te…. – pero no alcanzo a terminar porque falleció. Luego entro un oficial y dijo:        

– Sra. Su abuela Emina Langer, Falleció.       

– ¿QUÉ? – y sin poder resistir más me desmaye…     

Al despertar junto a mi estaban Eduardo y Benjamín.

– ¿Cómo estás? – dijo Eduardo         

– Las preguntitas, ¿tú que crees?- respondió el Benja       

– Debemos organizar los funerales- respondí débilmente.         

En el funeral no podía llorar no por tratar de hacerme la valiente, pero no me salían lágrimas, entonces se acercó Eduardo y dijo:

– Lo siento mucho.

Estas sencillas palabras me dieron mucha pena que logre llorar, entonces se acercó en Benja me abrazo y dijo:

– Recuerda que las cosas pasan por algo……        

Lloré mucho abrazada a Benjamín, ya no sabía que podía pasar, y pensé:  

– Siempre estaré sola…

– No, no es así…- respondió una voz.              

FIN

Internada (Capítulo 7)

Cierto día recibí una llamada del Benja. 

– Querida primita, Hola- dijo     

-¡Benja! Qué bueno escucharte, ¿cómo estás?

– Bien, super bien- su voz era distinta, en los años transcurridos había cambiado un poco.  

Nuestra conversación duro 2 horas luego  nos despedimos y dijo que me estaría llamado. Cambiando el tema cierto día llego el Bruno con su polola, llamada Fabiola, la típica niñita, rubia de ojos celestes. Cuando estuvimos solos le dije:

– ¿cómo que tu polola?   

– Sí, es linda ¿cierto?      

– No me puede gustar, soy mujer ¿recuerdas?- le dije molesta      

– Eso lo sé muy bien- respondió       

– ¿De qué hablas?            

– De nada- y se fue porque tenía que ir a buscar a su maldita hueca, quiera decir, Novia, no sabía porque me molestaba tanto. Tarde unos cuantos meses en darme cuenta de que amaba a Bruno y lo que sentía eran celos, pero me di la misión de olvidar lo que sentía. Una tarde me encontré  a Bruno solo.

– hola, ¿y tu novia?

– Terminamos- respondió        

– ¿En serio?- una diminuta esperanza surgió en mi      

– Bueno la verdad ella termino conmigo        

– ¿Quieres que te consuele?- comente      

Él estaba sentado y yo de pie, entonces se levantó, me miro y dijo:

– De verdad, entonces abrázame, estoy tiste- él no hablaba en serio me estaba agarrando para el web. Me puse seria y le dije lo que había jurado tratar de olvidar.

– Sabes, yo te amo     

– ¿Qué tú qué?- pregunto impresionado por la declaración.    

– No seas sordo, quieres, y lo que te dije fue que te amo..  

– Pues……    

No lo deje terminar porque me puse en las puntas de los pies y lo bese, antes de que me arrepintiera. Luego de esto nos pusimos a pololear, también llego el Benja y el Eduardo con su Sra., ambos estaban contentos de que el Bruno y yo fuéramos novios.

Para mi cumpleaños el Benja me regalo libros raros, el Eduardo ropa, pero estaba triste porque Bruno no apareció. Luego a la noche sentí una armónica salí y lo vi con un gran ramillete de rosas negras.

– Representa que siempre serás mía, ¿puedo pasar?- dijo       

– Claro- respondí

Fue la noche más maravillosa que he tenido, Bruno es tan tierno y delicado. Cuando despertamos, él me dijo:

– ¿Te gustaría despertar así conmigo por el resto de tu vida?           

– Obvio- respondí feliz         

Estaba terminando el año cuando empezamos arreglar los detalles para casarnos.

– ¿Te casaras de blanco?- inquirió el Benja            

– ¿Insinúas que no soy virgen?           

– No yo no he dicho eso- respondió riendo.        

Al Benja le había salido todo bien; salud, estudios, amor, pololea con una extranjera. El Eduardo estaba feliz porque será padre.

El día de la boda estaba feliz, solo lamentaba que mis padres no estuvieran, ni tampoco mi abuela.

Él me esperaba en el altar elegante, cuando llegue a su lado sonrío y me tomo la mano. Todo fue como una película romántica, por fin era su esposa y él mi marido, entonces…           

Una voz dijo:

– Solo estarán juntos hasta que la muerte los separe, ¿No querida amiga?- era Lena y sacó un arma- no se muevan.         

– ¿Por qué, Lena?- pregunte                

– Él no puede ser tuyo, así que tú morirás, él es mío- y disparo hacia mi corazón, pero…..              

– ¿Qué hiciste?- dijimos Lena y yo, el disparo lo recibo Bruno en su corazón, no se salvaría.               

– Si él muere yo también- y sin decir más se suicidó, Lena.               

Fin cap. 7

Internada (Capítulo 6)

Ha pasado el tiempo, ahora tengo 19 años, todo ha cambiado; el Benja está estudiando en EE.UU y mi primo Eduardo esta de luna de miel, solo me queda mi querido y mejor amigo Bruno.

Mi abuela está mal alucina mucho.

Bruno y yo estudiamos en la misma universidad pero no lo mismo, él estudia Construcción Civil y yo Sociología.

Mi tío Vicente me presento a su hija Soledad, es super simpática. A pesar de saber que hay gente que me quiere me siento sola sin nadie en quien confiar, quizás algún día pueda decir lo contrario.

En la “U” somos 2 compañeros el resto se quedó en primero, son solo 5 hombres el resto son mujeres, los estuve observando y solo 1 me gusta, pero es gay y tiene pareja, que pena. Luego deje de pensar en tener novio y me centre en los estudios.

Un día me junte a estudiar con Bruno, él estaba muy callado.

– ¿Qué te pasa?

– Nada solo pienso- respondió        

– Ahora que lo dices, he pensado en todo lo que me ha pasado y lo único bueno que rescato es la linda amistad que tenemos.        

– Amistad- repitió Bruno en forma mecánica    

– Sí, pero estudiemos       

– Claro, claro, a eso vine- respondió Bruno.

Fin Cap. 6

Internada (Capítulo 5)

Lo que escuche me dejo atónita. Mi abuela contó que cuando las  esposas de Vicente y Max tendrían sus bebes ella lo recordó todo, dice que repentinamente se vio en otra casa, que era en donde vivía con sus padres, recodo la discusión que era porque ella había descubierto que sus padres eran primos, entonces le dio rabia agarro unas tijeras y los apuñalo, cuando se dio cuenta de lo que había hecho decidió quemar la casa y se fue iba llorando y no vio un auto que venía este la choco y por eso perdió la memoria, quien manejaba el auto era el papá de Vicente. Luego el sicólogo le dijo que para la otra sesión hablarían de mi padre y también que paso cuando Vicente y Max la encontraron tirada en el suelo. Cuando termino me fui corriendo para llegar antes que ella a casa en el camino me encontré con Eduardo y Benja muy apurada les pedí que me llevaran.

– Que eres patuda- dijo el Benja              

– Vamos sube- respondió Eduardo           

Al llegar a  casa me despedí de ellos y para sorpresa tanto mía como de Eduardo, Benja me tomo el brazo y dijo.

– Así no se despide- sin agregar algo más me beso en los labios y se fueron.

 Por fin pude entrar al colegio, lo que paso con el Benja quedo como un secreto entre los que estábamos. Bruno estaba algo distinto y me acerque a hablarle.

– ¿Por qué tú y Lena no dicen que son novios?     

– ¿Novios? ¿quién te dijo eso?     

– Ella ¿por qué?   

– Permiso- dijo y se fue.         

Nunca pensé que esa pequeña conversación tendría tan grandes repercusiones en el futuro….

Cuando Bruno llego don de Lena le dijo:

– ¿Por qué le dijiste a Yumi que tú y yo somos novios?  

– Que quieres que te diga, yo haría todo para estar contigo, pero tú solo…. solo tienes ojos para ella, siempre me has gustado y cuando ella estuvo en el hospital desee que se muriera, todo hubiera sido más fácil, ah, otra cosa a ella nunca le ha gustado el Benja.     

– ¡Te desteto, no se supone que es tu amiga, ¿por qué no desapareces?!- dijo en Bruno   

– Si me iré, pero responde ¿qué tiene ella que no tenga yo?

– Ella… ella es muy sociable, pero yo sé que hay un lado que nadie conoce, es como yo, por eso me gusta- respondió con total sinceridad Bruno       

– Me lo suponía, igual siempre desearé que se muera.       

Jamás supe porque Lena se fue con Bruno todo volvió a la normalidad, claro que no le conté lo que sabía de mi abuela. En la última sesión que tuvo supe lo que le paso cuando la encontraron tirada, ella dijo que su madre la había venido a buscar para llevársela al por haberlos asesinados, pero como justo llegaron Max y Vicente, su madre la había dejado tirada en el piso. Pero lo más impresionante fue lo que contó de mi padre, ella relató que cuando recordó todo se refugió en Max, ya que se había acostumbrado a la idea de perder a Vicente además su esposa era simpática, él también se refugió en ella por la muerte de su esposa Karla y su primogénito durante el parto, entonces una noche cuando cenaron se les pasaron las copas y paso de todo, antes de despertar Vicente los vio y Max para no discutir se fue, a las semanas se fue ella también no quería saber nada de ellos. Pero luego recibió 2 noticias; la primera era que estaba embarazada del hermano del amor de su vida y lo segundo era que el padre de su hijo había muerto en un accidente de auto. Desde entonces ella no sabía nada de Vicente. Fue impresionante saber que Eduardo, Benjamín y yo somos primos en segundo grado, entonces vino el problema decirles o no. Cuando decidí hacerlo los junte a todos; abuela Vicente, Eduardo, Benjamín, y yo. Al verse tanto mi abuela como Vicente se quedaron mudos cuando di la noticia a mi abuela no le quedo otra que confirmar.

– Estamos anonadados- dijo Eduardo

– Así es la vida queridos primos    

Las cosas fueron de mal en peor; mi abuela se trastorno y trato de matarme, con mucha pena, la interne en el manicomio.

Fin cap. 5

Internada (Capítulo 4)

Al salir del hospital en mi casa había gente esperándome, cuando entre el Benja hablo:   

– Lamento no haber ido, pero me alegro que estés bien- y me abrazo al hacerlo hablo a mi oído- no te vuelvas a enfermar, tú eres…- pero no terminó     

– Gracias no tenían por qué haber hecho esto- y agregue con rabia- en serio no debieron, pueden irse quiero estar sola.  

Todos quedaron atónitos con mi petición y cumpliendo se fueron. Por fin sola, bueno no tan sola ya que estaba mi abuela, ella dijo:                                                                                                         – Hija, ¿qué te pasa?,  Jamás habías hecho algo así, ¿será que todavía te afecta la muerte de tus padres?         

– No, no es eso, si quiere saberlo que ellos hayan muerto no significa nada- conteste                  

– Para mañana tienes hora con el sicólogo, ahora si quieres estar sola vete a tu habitación y no salgas.       

– OK.      

Jamás se me había ocurrido ir al sicólogo, que le diría, mi abuela estaba loca ella es quien necesita ir no yo.    

En la tarde del otro día, tuve que ir, estuve esperando unos minutos cuando me llamaron mi abuela quería entrar pero no se lo permitieron. Al entrar esperaba ver a un viejo con cara de comprenderlo todo, pero me encontré con un joven de unos 25 años aprox. 

– Hola, mi nombre es Eduardo, te diré un secreto, tú eres mi segundo paciente, soy recién egresado- termino         

– Si…. interesante….. si- dije mirando una foto con cierta sorpresa.      

– si quieres ver la foto de cerca, toma.   

Confirmando lo que mis ojos veían en la foto salía el Benja. 

– Disculpe, ¿este joven es su hermano?- dije  

– Sí, ¿lo conoce?   

– No- respondí     

– Bueno comencemos, tomo asiento…..    

La sesión fue todo un desastre, él trataba de hacerme hablar, sin embargo no articule palabra alguna, excepto para despedirme.

Estuve yendo a estas citas durante 3 meses, claro que no dieron resultados yo no hablaba, entonces mi abuela me amenazó con quitarme todo, pensé que no lo cumpliría, pero lo hizo.

En una de las sesiones el sicólogo logro hacerme hablar.

– Hola, siéntate     

– Hola.   

Y como siempre lo hacía me quede callada observando el lugar que ya me sabia de memoria. 

– Sabes, el Benja quería venir para preguntarte porque no hablas- contó        

– Creo que no es asunto suyo- respondí        

– Te hice hablar, es un gran paso. Tu caso ha sido el más difícil, tu abuela me dijo que te enviaría a otro sicólogo. – comento      

– Pues no servirá no diré ni una palabra con nadie  

– ¿Por qué?     

– Porque no entiendo que quieren que cuente, acaso desean escuchar que me desgarro por la muerte de mis padres, pues lamento decirles que no es así.

– ¿No los querías?- pregunto         

– Claro que los quería, al principio quería morir con ellos, pero con el tiempo aprendí que todos debemos morir y lo di por superado- conteste        

– Mm… y ¿qué piensas de tu abuela?     

– Creo que…. espera ya he dicho mucho- y volví a mi mutismo de siempre.     

– Vamos termina, quizás tu abuela cambie de opinión….  

Lo mire intrigada él sabía lo que mi abuela me había hecho, entonces pensé que ir a otro sicólogo sería un problema, así que decidí hablar.

– Esta bien, terminemos, creo que es ella quien necesita ir a un sicólogo, ella está mal….          

– Pues ella ya va, se terminó la hora, debo decirle a tu abuela que….        

– Si se lo dirá todo yo no vuelvo a hablar- dije     

– No solo le diré lo que quiere escuchar, llámala…..  

Mi abuela después de conversar con él, salió muy contenta, me dejo en casa y volvió con un sobre, en él había una foto.

En ella salían 4 personas:

Al lado izquierdo muy sonriente salía Bruno; se notaba su cambio, su cuerpo…. era el de todo un deportista bien dotado, lo que aún conserva es el color tan singular de sus ojos que son plomos, también su cabello castaño desordenado y su piel clara, para que decir que si no tuviera estas características se daría a notar por su estatura que es 1.80. tomado de su brazo sale Lena ella no es tan alta mide 1.63, lo que encuentro más bonito de ella es su pelo, largo ruliento de color rubio ceniza, es delgada muy delgada. Luego seguía el Benja, no parecía muy contento de salir en la foto, quizás lo obligaron, bueno él es el más alto mide 1.82, su cabello es negro y la tiene como un verdadero puerco espín, es de piel clara y de ojos de color verde musgo a diferencia de Bruno es delgado. Y por último más que enojado sale serio es mi sicólogo Eduardo, debe medir lo mismo que Bruno, es lo opuesto a su hermano Benjamín, él es trigueño, de pelo castaño oscuro corto, sus ojos son de color miel, y se me olvidaba mencionar que al igual que yo usa lentes, lo que más me gusta de él es su barba en forma de candado que lo hace ver tan… guapo. Era genial, todos salían muy bien solo me molesto ver a Lena tomada del brazo de Bruno, no es que estuviera celosa al contrario, estoy muy contenta de que estén juntos desde que nos conocemos que a ella le gusta, lo que encuentro raro es que no digan que son novios.

Una tarde mi abuela dijo que no tendría que ir mas al sicólogo, pero me quedaría sola en casa porque ella saldría, entonces se me vinieron las palabras de Eduardo; “Pues ella ya va al sicólogo”, y decidí seguirla…

Fin Cap.4

Internada (Capítulo 3)

Por fin empezó la semana estaba ansiosa por ver a Lena que me contaría que había pasado con Bruno, sin embargo, al llegar ella ni me saludo, cuando por fin la vi sola me acerque a hablar con ella.      

– Hola, no te vi bien y no quise molestar- dije          

– Sabes, Bruno me invito a salir para hablar de ti, crees que estas mal pero yo le dije lo contrario.      

– Y lo estoy, quiero decir, yo estoy… bien muy bien- aseguré   

– Al final paseamos comimos helados y…….

– ¿Qué?- pregunte    

– Él y yo nos….     

– Es lo que pienso?   

– Sí- mintió    

– Que bien    

– No le digas que te conté.     

Pasaron 2 meses desde esa conversación y también hubo muchos cambios: el Benja se convirtió en el más popular junto con el Bruno, este último ya no iba a mi pieza. El Benja no me hablaba y Lena pasaba mucho tiempo con Bruno, o sea que más sola no podía estar. Una tarde se puso una pareja se puso a conversar debajo de mi balcón, sus voces me eran conocidas pero no salí a ver, sin embargo escuche lo que decían.

 – Tú me gustas porque no me das una oportunidad.             

– Sabes perfectamente que solo eres mi amiga- decía él- te lo dije la otra vez- agrego    

– Todavía te….

– No, a ella le gusta el nuevo

– Ves entonces que esperamos…….        

Luego de esto se fueron entonces sentí una angustia enorme, necesitaba desahogarme, pero mi di cuenta de que no tenía a nadie a diferencia de mi abuela que tenía a Max, yo estaba sola entonces lloré como nunca y me di cuenta de que jamás tendré a alguien en quien poder confiar, me di cuenta también de que Bruno y yo compartíamos algo una careta dice conocernos, pero…… Entonces me dormí fue un sueño intranquilo, me sentía mal, para levantarme me costó mucho, y cuando estaba en la puerta del comedor me desmayé.

– Miré, está despertando- oí la voz de Bruno.      

– Hija, ¿estas mejor?- dijo mi abuela        

– Sí, ¿por qué se preocupan si solo me desmaye?     

– Si claro solo un desmayo, has estado aquí por un mes- respondió Bruno      

– Han venido muchos compañeros a verte- agrego mi abuela.       

– ¿El Benja también?- pregunte       

– No, él, no ¿por qué preguntas?- dijo Bruno          

hice lo mismo que él, o sea no conteste, luego entro el doctor y pido que se fueran porque la hora de visitas había terminado. Cuando ya era muy tarde oí la voz de una mujer que decía:

– ¿Por qué no se murió? Hubiera sido todo más fácil…

Internada (Capítulo 2)

El fin de semana fue el más aburrido, solo salía de mi pieza a tomar desayuno y a almorzar, y para rematarla me encontraba con el nueva que cada vez que me veía ponía cara de perro. Entonces el día domingo me acerqué y le dije:

– Si te hice algo dímelo, siempre hay que ser educado y presentarse, mi nombre es Yumi

– El mío es Benjamín. Permiso

Por fi llego el día lunes, aunque no fue mejor había una niña que me odiaba, justo me la encontré y dijo:

– Miren la que quiere dar pena.

Iba a responder, pero la Lena me detuvo.

– No le hagas caso.

– Ella tiene razón- respondió bruno

– No diré nada, tranquilos, hola, Bru, no te había visto.

– ¿Adivinen con quien comparto el cuarto?                      

– Con el nuevo, ¿No?- respondí

– Sí- dijo Bruno y agrego- es un antipático, ese es el comentario del día.          

– Nada nuevo

– No lo conocen, son unos prejuicios-  respondió Lena en forma tajante.           

Cuando me iba a sentar a desayunar el inspector se acercó y me dijo que tendría que mostrarle el establecimiento al nuevo, por esto no iría a clases. Cuando termine de desayunar me acerque a él y como siempre tan simpático me dijo:   

– Te diré lo mismo que cuando te vi; ¿Te debo qué me miras?       

– Fíjate que para desgracia mía tengo que mostrarte el establecimiento, mientras más rápido mejor ¿No? , así no nos tenemos que ver las caras, ¿Cierto?     

– Mm….. Mm….       

– Bueno empecemos por….         

El pasea fue como si hablara con las paredes, él no dijo nada.

– Por fin terminamos, tus comentarios son agradables.    

Cuando levante la vista para verlo me di cuente que él estaba inclinado tratando de ver mis ojos, que con mis lentes no se veían .

– Te pasa algo si quieres me saco los lentes- dije, pero él no respondió y se fue dejándome sola, entonces grité:

– Eres extraño, sabes!!!

Y para mi sorpresa se dio vuelta y me miro como si quisiera sonreír, sin embargo se dio vuelta y siguió su camino. Al final del día me puse en el balcón, al rato entro Lena y luego subió Bruno y dijo:

– Te doy mi pésame por el día de hoy.       

– Saben, al final no fue tan malo.- respondí        

– ¿Por qué, lo dices en serio?- hablaron Bruno y Lena      

– Porque fue como si hablara con las paredes, él no dijo ni pío.   

– Ven primero deben conocer a las personas- dijo Lena     

– Oye Bruno, ¿por qué no tocas la armónica? – le dije

– ¿Tú, tocas la armónica? – pregunto Lena     

Pero Bruno no respondió, al parecer yo había metido las patas.

– Bueno me voy- se despidió Bruno.    

– Yo también- hablo Lena        

– OK     

Me acosté y dormí altiro, pero luego de unas horas sentí ruidos en el balcón salí y vi a Bruno.

– Sube- dije    

– No tocare la armónica aquí abajo y solo para ti; mi mejor amiga.       

– Entonces, te escucho.     

Toco largo rato yo lo escuchaba con atención, luego vi la hora y eran las 3:30 a.m.   

– Chao, Yumi    

– Gracias, Bruno, que duermas bien.     

Al día siguiente fui a clases normal, y a la hora de almuerzo me encontré con Bruno, que no lo veía desde la noche.

– Hola, Yumi, ¿haces algo el sábado?     

– Te recuerdo; estoy castigada- respondí 

– Ah… bueno chao, espera ¿y Lena hace algo?          

– No sé, perdón que pregunte, ¿quieres que te haga la movida con ella?                      

Como siempre lo hacía no contesto y se fue, a pesar de conocerlo poco, sabía que algo le preocupaba. En el recreo lo vi conversando muy animado con Lena. Ella vino muy animada a contarme lo que él le había dicho:

– Adivina, Bruno me invito  a salí, ¿qué te parece?    

– Bien, sabía que lo haría porque me pregunto qué harías el fin de semana. Aprovecha…        

Terminando la semana volví a quedar sola, pero no fue tan aburrido, esta vez Benjamín se acercó a hablarme.

– Se que soy antipático y todo eso, pero tú me caes bien por eso lo hago, ¿te pasa algo te noto rara? – y antes de que terminara agrego- el otro día te vi sonreír y tus ojos desaparecen, sin embargo….    

– ¿Sin embargo que….?       

– Nada.    

– Respondiendo lo anterior no estoy triste solo que no quiero que mi abuela este sola.     

– No creo que este sola tiene a tus padres ¿No?        

– No, te equivocas     

– ¿Por qué?     

– Están muertos       

– Yo… lo siento, en serio.   

– No te preocupes estoy bien. Permiso       

Y me fui a mi pieza a dormir un poco estaba algo cansada. Al despertar empecé a ordenar y encontré los apuntes de mi abuela, que eran como unas 21 hojas, comencé a leerlas….  

Mientras Lena y Bruno estaban en el parque.

– Bueno dime para que me invitaste a salir- dijo Lena    

– Es para hablar de Yumi.      

– ¿Si?    

– Lo que pasa es que creo que esta triste por lo de sus padres   

– No, ella está bien, yo la conozco- dijo algo molesta.       

– ¿¿Dije algo que te molesto?? – pregunto Bruno      

– Nada, es que me duele la cabeza, y de verdad que ella está bien.      

– Si yo te creo, entonces, te invito a un helado.- contesto Bruno   

– Perfec, vamos conozco un lugar…    

Internada (Capítulo 1)

– Hace poco que entre a este internado, mi abuela Emina dijo que era lo mejor para mí, por lo de mis padres, hace una semana que murieron. A mi abuela le afecto mucho la muerte de su hijo, Franco, debe ser porque era el único y a mí también me afectó, yo los quería mucho.

Cambiando de tema, el internado es mixto, es genial. Antes de venir estuve revisando el sótano y encontré unos apuntes de mi abuela, en donde habla de un tal Vicente y Max, supongo que no le molestara saber que sus apuntes no están…

– Permiso, Yumi, es la hora de cenar- dijo mi amiga, Lena

– Sí, ya voy- y dejé de leer la historia de mi abuela- Bruno estuvo preguntando por ti, se me había olvidado decirte- le comenté a Lena

– Llegamos- respondió ella evitando el tema.

El comedor es amplio, le di un vistazo para ver algo diferente, pero todo estaba como siempre, la misma gente y los mismos comentarios:

– Mira, la nueva- se oía decir

– Sí y es huérfana- respondían

Hace ya 3 días que hacen los mismos comentarios, me dio rabia y decidí responder:

– Huérfana no soy, tengo a mi abuela, y si tienen algún problema díganlo, ¡OK!

Justo cuando terminé de hablar apareció el inspector y dijo:

– Hace una semana que estas aquí, es un periodo corto para recibir un castigo, ven.

Al salir oí que Lena me decía:

– Eres una tonta, no debes hacerles caso…

El inspector me miró, luego habló:

– Ve a tu cuarto, te quedaras sin salida por una semana, le avisaremos a tu abuela, ah, y te quedaras sin cena.

Estar confinada a mi cuarto no es nada, ya era muy tarde cuando sentí a alguien en el balcón, salí y vi sin sorpresa que era Bruno.

– ¿Molesto?, tú no estás tan gorda como para irte sin cenar, ¿no? – dijo

– Ja, dices no estoy “Tan”, o sea que…

– Permi, del tiempo que llevo aquí nadie había respondido los comentarios, eres valiente- comentó y se sentó.

Habitualmente él hacía paseos nocturnos, es muy especial, sociable, sin embargo, nadie lo conoce de verdad. Mientras conversábamos él dijo:

– Puedo tocar la armónica- y agregó- ¿qué otro castigo tienes?

– Tócala, no puedo salir…

Escucharlo tocar me relaja tanto que empecé a cabecear, quizás esto le molesto, porque se levantó y dijo:

– Si te aburro me voy, chao

– Espe…. ra- pero ya no estaba

Al día siguiente todos se iban como todo fin de semana, y me quedaría sola.

– Chao, Yumi, decía Lena- nos vemos el lunes.

Cuando me despedí de todos, había un joven con su abuelo, este último le decía:

– Lo siento, Benja, pero si tus padres lo decidieron

– Pero abuelo Vicente, ¡¡¡ahg!!!, Esta bien, adiós.

Y entro, entonces me vio y dijo:

– ¿Qué miras, te debo?

Lo observe, pero no le respondí, se veía mayor que yo, debe tener la edad de Bruno, o sea, 17 años.

Fin Cap. 1

“Conociendo mi perdición” Capítulo FINAL

Los días pasaron y nosotros sólo hablábamos por celular, está de más agregar que la amistad con Sol, fue de mal en peor, debido a que él le dijo que yo me había declarado, omitiendo el detalle del beso. Yo la vi una vez pero ella no me dijo nada, nuevamente hacía como que no sabía nada.

Como él se iba quedaron en probar una relación a distancia, pero no resultó, terminaron antes que él se fuera, incluso aunque yo le daba consejos para que aprendiera a tratar a Sol. Él se fue a otra región del país y apenas tuvo internet comenzamos a retomar la comunicación, a retomar nuestra extraña relación.

Me contó que conoció a una niña en su curso, que le gustaba, que había onda… y se me derrumbó el mundo… debido a eso y otras actitudes decidí eliminarlo, de todo, era un horror y error seguir con él, y justo había asumido que lo amaba y estaba dispuesta a esperarlo el tiempo que fuera necesario…  para poder comunicarse conmigo se hizo un fotolog y me posteó que me extrañaba.

Cuánto daño me hice y aunque no hablaba, ni sabía nada de él, mis sentimientos seguían ahí, intactos sin poder moverlos y sacarlos. Me traté de convencer que si venía no lo vería, que no tendríamos ningún tipo de relación. No quería asumir que sucumbiría ante el deseo de tenerlo, además tendría que elegir entre él y mis amistades…

¡Qué vida!… todo esto hasta ahora… ¿qué vendrá después?… ¿Quién sabe?

“Conociendo mi perdición” Capítulo 4

Para nuestra licenciatura de preparatoria, se acercó y me dijo que me quería, desapareció y no lo volví a ver hasta finales de año. Ahí empezaron los problemas. Muchos abrazos y demostraciones varias de cariño activaron los celos de Sol. Le hizo una escena de celos frente mío y luego cuando le pregunte como iba su relación con él me dijo que ese no era mi problema que no me metiera. Le pregunté a él qué pasaba y confirmó mis sospechas.

Él me tenía mucha confianza, así que me comentó que se iría de vacaciones con ella, me resigné a no tener ningún tipo de comunicación, no tener nada con él.

Se acercaba el cumpleaños de él y yo la llamé a ella para poder desearle a él un feliz cumpleaños, pero él estaba en su casa… Me conecté esperando que apareciera y así sucedió. Mientras conversábamos me comentó que se iría de la ciudad por el traslado de trabajo de su padre, me comentó que no sabía cómo decirle a Sol. Y por último me pregunto si podíamos vernos…

  • ¿Te parece en la tarde?- le dije como respuesta.
  • No, me gustaría desde la mañana, para que pasemos todo el día juntos…

Pregunte si podía y me dieron permiso. Me levanté temprano y salí. Espere en la plaza alrededor de 30 minutos, cuando llego me abrazó, y al mirarlo me percaté que sus ojos estaban rojos e hinchados.

Caminamos al parque, nos sentamos en el pasto, y se puso en mis brazos para que le hiciera cariño, conversamos y así estuvimos mucho rato… él rozaba sus labios en mi rostro, me sentía en otro mundo…

  • Ven…- dijo acostándose en el pasto.
  • No- le respondí, quedándome sentada.

De la nada él me tomó y me dejo enfrente de él, tendidos en el pasto. Por primera vez lo miraba a los ojos. Estábamos cerca y yo acariciaba sus mejillas.

  • No deberíamos estar de esta forma- dije rompiendo el silencio.
  • Lo sé…
  • Bueno… en todo caso no siento nada- agregué sínicamente.
  • En serio- dijo  y se acercó un poco más- Y ahora…
  • Tampoco…- se acercó tanto que nos separaban unos milímetros, podía sentir su respiración.
  • Segura…
  • No… ¿qué quieres?- contesté, mi cuerpo temblaba por completo.
  • Darte un beso- dijo a mi oído. Trate de zafarme pero él lo impidió- ¿Y tú?- agregó
  • No sé… ¡no sé!- contesté iba a levantarme y él me dio un fugaz beso
  • Listo… dijo y me volvió a tirar hacia a él- Quiero más…- agregó dándome pequeños besos en los labios- ¿estás segura?…

Contestaba no sé una y otra vez, y entonces él me besó, y luego de un momento me sentí aferrada a su cuerpo besándolo con intensidad… Era la primera vez que besaba a alguien… y con el novio de mi mejor amiga. Qué mal, sin embargo por primera vez oía lo que decía mi corazón, no me importaban, en aquel momento, las consecuencias de aquel acto.

  • Ven vamos a caminar…- dijo ya levantándose definitivamente

Lo seguí y me llevaba abrazada…

  • ¿Pasó?…
  • Si…-contesté.

Volvimos a mirarnos y nuevamente me besó. Conversamos un instante de lo sucedido y le dije todo lo que sentía desde el comienzo, llegamos al acuerdo de no contar lo sucedido a ninguno de nuestros conocidos…

  • Además no quiero arruinar tu amistad con Sol.
  • Uuuy, qué considerado- le conteste irónicamente

Nos pusimos en otro lado del parque y nos sentamos lejos, quizás para no caer en tentación. Me acosté en el pasto cerrando mis ojos, luego de un rato lo sentí a mi lado. Comenzó hacerme cosquillas, quedamos frente a frente y volvimos a besarnos. Nos sentamos y lo abracé…

  • No me aprietes tanto- dijo riendo.
  • Bah, tengo que aprovechar…- le contesté y el acaricio mi rostro lentamente y posó nuevamente sus labios en los míos.

La situación se estaba yendo de nuestras manos, así que caminamos hacia la casa de un amigo, que iba a salir pero cuando llegamos le dio flojera. Molestamos un poco y cuando nos quedamos solos él volvió a besarme. Temía que nos viera, ya que conocía a Sol, sabía que ellos era novios.

  • Casi…- dijo él, yo estaba histérica-feliz. Me llamaron por celular así que debía volver a mi casa. Lo fui a dejar, íbamos en silencio pero él lo rompió.- ¡Qué día!

Justo venía su autobús, mi iba a dar un beso en la boca, no obstante yo se lo di en la mejilla… y esa fue la última vez que lo vi en ese verano…

Fin Cap. 4