Sigo mirándome en el espejo, es que no me lo creo… De fondo suena mi celular, contesto y escucho las voces de mis padres deseando un feliz cumpleaños, no puedo contestar…
- Hijo, pasa algo…
- Me siento resfriado…
De fondo escucho que me llamaran después y que tenga un muy buen día. Qué clase de día tendré si soy mujer, como explico el cambio. Mientras me siento a pensar en todo esto, suena nuevamente mi celular, esta vez es un correo…
“Cumplimos tu deseo, hasta que sepas que hacer con tu vida, podrás ser hombre y mujer, cada mes te transformarás y vivirás las experiencias desde el punto de vista de ambos sexo, ¿Cuándo acaba todo? Cuando decidas como quieres quedarte. Disfruta el regalo y sé feliz”
Termino de leer y pienso en que clase de mundo estoy. Quizás es un sueño o mejor dicho una pesadilla. Intento vestirme, pero todo me queda enorme. Tomo una blusa y la arreglo como puedo, mando un mensaje al trabajo que estoy enfermo y que mi prima irá a reemplazarme.
Vuelvo a mirarme en el espejo, no cambio mucho, mi pelo está algo más largo y mi altura sigue siendo la misma, pero claramente soy mujer. Voy a la tienda de ropa más cercana y compro un conjunto para ir al trabajo. Me presento como Gabriela, pero sorpresa, todo el mundo me saluda como si nada hubiera cambiado, me preguntan si mejoré, y se alegran de ver que estoy bien. ¿Será esto parte de la magia o del sueño en el que estoy metido?
Termina mi jornada y parto a mi entrenamiento de esgrima. Alexandra me recibe y me saluda con total naturalidad. Max se acerca y me observa, se ve extraño. Algo incómodo.
Entrenamos sin novedad, la verdad es que sentía que mi resistencia era peor que antes. Quizás el tener un nuevo cuerpo, me estaba afectando.
- Gabriela…- comienza a decir Max- ¿Saldrías conmigo?
- ¿Es una broma? – contesté automáticamente.
Max me mira sorprendido, no sabe si estoy hablando en serio o no.
- Si no quieres sólo dímelo, no hay necesidad de esa respuesta.
- ¿Quieres salir conmigo en plan amigos?
- En el plan que quieras…
- Ok vamos…
Me arreglo y nos movemos a un bar, e ambiente es genial, pero tengo muchos pensamientos en mi mente. Pedimos cervezas y conversamos de la vida. Max es un chico muy agradable, pero luce nervioso.
- ¿Pasa algo Max? – pregunto con curiosidad.
- Sabes… siempre te he mirado, desde que entraste hace 6 años a nuestra academia…
- No vayas a salir con que siempre has estado enamorado de mi…
El silencio inunda el bar… No puedo mirarlo… Que clase de pesadilla es esta…
Fin Cap.2